No nos engañemos más, hay una venganza que se ha desatado en la Argentina, y los destinatarios son los felices. Aquellas sonrisas “sin derecho” que el peronismo de los últimos doce años dibujó en las bocas otrora hambrientas y relegadas al olvido. Hay una venganza que la “revolución de la alegría” ha comenzado a instrumentar, Milagro Sala es solo la primera.