La vicepresidenta, Gabriela Michetti, empezó a titubear cuando pidieron que dé su mirada de la misiva que el papa Francisco le envió a la dirigente, Milagro Sala, quien permanece detenida en Jujuy pese a los reclamos internacionales.
Muy nerviosa, Michetti no supo cómo contradecir al Papa, en su defensa a Milagro Sala.
Todo se complicó más para la vicepresidenta cuando Alconada Mon le recordó que varios organismos de derechos humanos han planteado objeciones sobre la detención de Sala, «puede ser que el Papa esté alineado por esa senda».
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Redacción - prensa@abcenlinea.com.ar