Massa no reconoce sus responsabilidades en las inundaciones de Tigre y busca otros culpables por la proliferación de countrys

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Este fin de semana pudo verse a Sergio Massa sincerarse, renegando de su condición de diputado, asumiendo que en los hechos es un intendente. Visitas a la central de monitoreo de Tigre junto a Julio Zamora (intendente formal aunque no de hecho), recorridas junto a otros intendentes como Gustavo Posse o Humberto Zúccaro de Pilar. Hoy pudo saberse el anuncio del diputado de medidas para los tigrenses afectados por la sudestada: suspensión del cobro de impuestos municipales por un plazo de 120 días a todos los afectados por la sudestada, entrega de un subsidio de hasta $20.000 no reintegrable para familias que sufrieron pérdidas.

Ahora bien, sin negar la importancia de estas medidas, se ve que no dejan de ser paliativas que no remedian las cuestiones estructurales a solucionar, tal cual aseguro el concejal del FPV Federico Ugo a Radio Nacional. Como afirmó además el gobernador Daniel Scioli, aunque algunos dirigentes buscan culparlo por la supuesta falta de obras, en realidad hay «problemas propios de planificación urbana, hubo una proliferación sin precedentes de barrios cerrados en detrimento del resto de los vecinos. Cuando se da una desigualdad tan grande de que hay una cobertura de un 50 por ciento del territorio solamente de barrios cerrados, esto va en detrimento del resto de la población por las consecuencias que tienen las tierras que se elevan y que perjudican al resto». En la misma sintonía, el senador bonaerense Alberto De Fazio aseguró que «Pilar y Tigre sufren las consecuencias de su desastroso ordenamiento urbano-territorial. La mitad de sus barrios cerrados no cumplen la ley».

En el caso puntual de Tigre, puede verse cómo Massa profundizó el modelo de concentración de la tierra y exclusión de los sectores populares, amplificando la proporción del territorio tigrense ocupado por barrios cerrados, la mayoría de ellos construidos sobre humedales donde se descargaban las subidas del rio Lujan. Esto, además de aprisionar literalmente barrios enteros como Las Tunas, empeora la situación ante cada crecida de localidades que ya venían sufriendo la sudestada, como Rincón de Milberg, Dique Luján, Benavidez y Tigre centro. Se agrega también que localidades no acostumbradas a este tipo de sucesos se ven afectadas por ellos, como General Pacheco y Don Torcuato.

Con lo cual, el modelo Massa que se quiere expandir hacia el resto del país suma nuevos aspectos: a la especulación inmobiliaria y exclusión de los sectores postergados, que se garantiza con represión política, se le agrega el deslinde de las responsabilidades en problemáticas estructurales que ellos mismos empeoran.

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