Urgente: Asesinaron en Córdoba a una testigo en juicios de Lesa Humanidad

Se trata de Elsa Marta Sosa de Fagetti, quien fuera testigo y querellante del juicio por crímines de lesa humanidad en San Rafael. Según informa el sitio Tiempo de San Juan fue asesinada ayer en su casa de Córdoba, en un hecho que despertó las sospechas de organismos de derechos humanos.

La mujer de 62 años fue encontrada por una hija y el esposo de ésta en la vivienda de calle Pastor Taboada 847, de la capital cordobesa. La mujer estaba en el piso de su dormitorio. Presentaba un fuerte golpe en la cabeza que le había producido una herida sangrante.

Además, en su cuello tenía anudado el cable de un caloventor. En el interior del domicilio no había nada desordenado. Incluso en el domicilio se encontró cerrada una valija con la que Elsa Sosa había regresado de un reciente viaje turístico en compañía de algunas conocidas.

A pesar de esto, la causa fue caratulada como muerte tras un robo, y, según indican en el sitio La Retaguardia, la policía pidió específicamente que se desligue su asesinato de su participación en los juicios de lesa humanidad.

El portal Cadena 3 indicó que en el baño se recogieron restos de sangre que ahora se investigan para saber si eran de la mujer.

Además, revelaron que entre los investigadores no se descarta la posibilidad de que se pueda estar en presencia de un caso de violencia de género por cuanto habrían evidencias que la muerte fue improvisada.

Aldo Fagetti, el primer desaparecido sanrafaelino

El esposo de Elsa fue secuestrado el 25 de febrero de 1975 por una patota de policías y militares. Los represores entraron a la fuerza en su lugar de trabajo, derribando una puerta del galpón donde Aldo y su familia fabricaban empanadas.

El 10 de marzo lo asesinaron en la sede de Infantería después de firmarle la libertad. Por su caso el juez federal Héctor Acosta, pidió la captura internacional de la ex presidenta argentina Isabel Perón. Fagetti era un cuadro de la Juventud Peronista (JP), uno de los más importantes en los barrios del sur mendocino.

Aldo, con 24 años, había estudiado Ingeniería en Córdoba. Vivió en General Alvear, al sur de Mendoza, y luego se radicó en San Rafael junto a su mujer y su hijo Javier Américo, nacido en el ’74.

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