CFK: Persuasión en la conducción o batalla interna por la representación

Por Francisco «Pancho» Zárate

A casi diez meses de iniciada la gestión macrista, el reordenamiento del peronismo pareciera ir pergeñando el sinuoso camino de las dicotomías. Podría hasta aseverarse que varios sectores, voraces en su ambición, se animaron a lanzar «el fin del kirchnerismo».

A Néstor Kirchner nunca le gustó que se hablase de kirchnerismo. “Somos peronistas, nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio”, fue su frase inmortalizada.

Tanta premura por una sucesión, alborotada por cierto, no hizo más que se erigiese, de forma sectaria, entre gallos y avales discutibles, una nueva conducción partidaria que hoy mira sin actuar como cuerpo. Esto viene a confirmar una sola cosa: la caducidad de los mandatos partidarios.

A decir verdad, tampoco importa mucho la conducción partidaria. Lo que realmente importa es quien se pondrá al frente de esta lucha contra la pérdida de puestos de trabajo de miles de argentinos y el aumento de la pobreza que se inició el 10 de diciembre.

El 13A y los hechos que les sucedieron, literalmente visualizaron a los actores circunstanciales que intentan librar la compulsa por la representatividad. En cambio, la ex presidenta, lenta y armoniosamente, viene desplegando su «ingeniería de la persuasión», ejerciendo cada día con más fuerzas y adhesiones la conducción plena en el campo de la lucha.

Allí confluirán todos los que, como nosotros, no creemos en falsos designios, ni tenemos ambiciones personales que resignar a cambio de gobernabilidad o de partidas presupuestarias.

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Francisco Zárate

Politólogo (UNGS), dirigente del Peronismo Kirchnerista de Tigre // Twitter: @pktigre