No tiene nada que ver con el verdadero Voluntariado (que es Transformador y Popular, con mayúsculas.)

Permítaseme formular una reflexión breve que suma una dimensión suplementaria – la voz del Voluntariado – a una cuestión que se fue complejizando con el correr de los días – el ofrecimiento de voluntarios para reemplazar a los docentes en paro – complejización que justifica, ahora sí, la tarea de formularla.

En dicha escalada, el primer hecho – que una persona exprese en las redes su idea de ofrecerse como «voluntario» para suplir a los maestros – resultaba de un carnerismo y voluntarismo casi patético, absolutamente desechable como generador de opinión.

El hecho siguiente – el descubrimiento de la filiación militar del «héroe», de su militancia en el PRO y de la inmediata operación en las redes de los trolls de este partido para convertirlo en tendencia – ya revestía cierto atractivo como noticia pero a la vez quedaba demasiado en evidencia como maniobra para distraer el foco de atención de lo más importante: el absoluto desprecio del gobierno por la institución paritaria y su incapacidad de escucha y negociación frente a los reclamos docentes; y, por tanto, tampoco merecía ser tenido demasiado en cuenta.
Pero el tercer eslabón de esta saga es ya de una gravedad institucional tal que exige reaccionar y poner el foco y la pluma en el tema: el llamamiento de la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, a convocar «a las 60 mil personas que se ofrecieron como voluntarios para que actúen en redes de educación no formal en la Provincia: comedores, municipios, asociaciones vecinales, clubes de barrio, lugares donde se da apoyo escolar.»

Pues bien: dígase – argumentémoslo – que ni la «patriada» del primer falso héroe, ni los que se sumaron luego al ritmo de la operación de los trolls oficialistas, ni el llamamiento de la gobernadora bonaerense, tiene nada que ver con el verdadero Voluntariado.

El verdadero Voluntariado es una fuerza y un fenómeno social que en la Argentina tiene más de ochenta años de historia y al que lo practican – aproximadamente – dos millones de personas que todas las semanas ofrecen su tiempo, conocimientos y solidaridad para ayudar a los demás como verdaderos Voluntarios.

El daño que le causan a este movimiento solidario los advenedizos mencionados – incluyendo la advenediza con mayor responsabilidad institucional de la provincia – es enorme porque colocan en el centro de la escena una versión absolutamente deformada de lo que el Voluntariado es, pretende ser y lucha por conseguir, dejando ante la sociedad a los voluntarios como carneros y al Voluntariado como una práctica antipolítica desentendida de las luchas sociales.

El daño que le causan a este movimiento solidario los advenedizos mencionados – incluyendo la advenediza con mayor responsabilidad institucional de la provincia – es enorme porque colocan en el centro de la escena una versión absolutamente deformada de lo que el Voluntariado es, pretende ser y lucha por conseguir

Nada más alejado de la realidad: el Voluntariado con mayúsculas es un fenómeno de carácter Transformador y Popular practicado cotidianamente por hombres, mujeres, jóvenes y ancianos a lo largo y ancho del país, insertados en un sinfín de organizaciones sociales y abocados a brindar su ayuda solidaria en los más diversas áreas temáticas, con el deseo de ayudar en el aquí y ahora, sí, pero con la mirada puesta en construir las condiciones políticas que permitan que los problemas se resuelvan donde deben resolverse: en el campo de los derechos, la justicia social, las políticas públicas.

El Voluntariado Transformador que practica la gente común – el pueblo – no busca sustituir empleos, romper huelgas o aventurarse a realizar una tarea profesional para la que no fue capacitado.

El Voluntario busca tener un rol significativo en los procesos sociales, pero sin dislocarse: su tarea es la ayuda concreta, a veces hasta técnica, pero centrada en ser auxiliar, suplemento, compañía o fuerza dinamizadora, sin suplir a ningún trabajador o profesional.

El Voluntariado opera desde dimensiones necesarias y a veces olvidadas en la vorágine de los tiempos instantáneos del Siglo XXI, que son su norte: la proximidad, el crecimiento mutuo, la generación de autoestima y la escala humana. He allí su abecé.

Junto con la gratuidad, la solidaridad, el libre albedrío y el compromiso adquirido, son los pilares de un Voluntariado construido artesanalmente a fuerza de solidaridad, al que todos estos personajes desconocen y lapidan con un golpe de protección mediática, cinismo y torpeza política: «los voy a convocar. La tarea de nuestros docentes en la Provincia tiene un valor que no puede ser reemplazado, pero sí hay muchas redes de educación no formal en la Provincia: comedores, municipios, asociaciones vecinales, clubes de barrio, lugares donde se da apoyo escolar. Ahí hay mucho espacio para el voluntariado, mucho más si no hay clases, porque los chicos van a tener apoyo escolar igual»- dice Vidal en Clarín digital, nota de Fabián Debesa, Sociedad, del 28 de febrero de 2017 – «Fueron sesenta mil personas que se ofrecieron a estar en las escuelas para que el lunes hubiera clases, aun con el paro. Quiero agradecerles de corazón porque no se quedaron en la disconformidad o en la protesta, pusieron una parte de ellos mismos para ayudar a los demás. Va a ser muy importante tener a los voluntarios ahí. Habrá un registro abierto de voluntarios para que puedan acompañar a nuestros chicos desde otro lugar»

Lo dicho: protección mediática, cinismo y torpeza política, pero nada de Voluntariado de verdad.

Y no porque el Voluntariado no tenga en la educación una de sus áreas de mayor inserción y dinámica cotidiana: deberían saber las autoridades que son más de 300 mil los Voluntarios y Voluntarias – la mayoría mamás, papás y los propios docentes – que ejercen una tarea solidaria transformadora desde las Asociaciones Cooperadoras, organizaciones populares que son sostén no sólo edilicio sino comunitario de la mayoría de las escuelas públicas regadas por el país.

Y deberían saber los funcionarios (dejemos de lado al falso héroe, a los trolls y a los por ellos «motivados» para ofrecerse a romper el paro) que es el propio Estado Nacional el que más de una vez ha desarrollado políticas públicas en la promoción de un Voluntariado que incluya la dimensión política como activo fundamental de su tarea solidaria.

Sin ir más lejos, la mayor política pública actual en el campo del Voluntariado en la Argentina – medida en su continuidad, su alcance, el presupuesto asignado, la vastedad de temáticas, proyectos y personas involucrados – verdaderos Voluntarios y Voluntarias – la lleva adelante Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación a través del Programa de Voluntariado Universitario, creado en el año 2008 por la gestión anterior y continuada en la presente.

Como ye se imaginará el astuto lector, en ninguno de los más de 3000 proyectos financiados desde la creación del programa hasta la fecha, se permitía, instaba o aprobaba ninguna iniciativa que propusiera el reemplazo de los docentes universitarios por estudiantes Voluntarios…

En síntesis: todo este galimatías (nada ingenuo, nada improvisado, con torpeza política, sí, pero con el «timing» suficiente para desviar atenciones y confundir desprevenidos…) ha colocado al Voluntariado en el centro de la escena de la peor manera en que podía haberse soñado: por la negativa, utilizando su práctica y su concepto para nominar una fantochada tan canavalezca como la fecha en la que se lo hace, cual es la de hacer creer a los argentinos, que el Voluntariado y los Voluntarios son capaces de romper una huelga y – aún peor, si fuera posible – entrar a un aula a suplantar a un docente.

Los Voluntarios – los verdaderos, los que con mayúsculas todos los días le ponen el hombro a organizaciones, proyectos, agrupaciones y movimientos que sostienen buena parte de la Argentina profunda – aún más en estos tiempos de amagos de retirada del Estado – no celebran ni al falso héroe, ni a los trolls, ni a los advenedizos ni a la gobernadora; y están sin dudas del lado de los docentes y los trabajadores.

Todos ellos no saben, no entienden, no son, no expresan el verdadero Voluntariado que millones practicamos con compromiso social, perspectiva política y responsabilidad ciudadana.

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Oscar García

Oscar Garcia - Cátedra Abierta de Solidaridad - Universidad Nacional de San Martín