Una mirada estratégica del desarrollo nacional

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Argentina presenta múltiples problemáticas coyunturales donde pueden presentarse diversos enfoques ideológicos para su abordaje o resolución. Realmente son pocos los puntos de encuentro donde, más allá de los matices, se debería encontrar una posición unísona acerca de la oportunidad histórica de incentivar un sector o confrontar a una amenaza externa. Podríamos definir a estas temáticas como las verdaderas cuestiones nacionales.

En los últimos tiempos hay dos temáticas donde los argentinos deberíamos encontrarnos. Una es la defensa del patrimonio nacional frente a la rapiña externa (aunque también interna) de los fondos buitre. Esta se podría decir que es una actitud defensiva del canje de deuda de 2005/10 que permitió sentar las bases del desendeudamiento y recuperar los márgenes de soberanía necesarios para encarar las políticas públicas de crecimiento con inclusión social. Pese a que es políticamente incorrecto declararse aliado a los buitres, muchos representantes populares mostraron en los hechos estos “matices” oponiéndose totalmente al proyecto de pago soberano sancionado en el Congreso. Como argentinos, es realmente doloroso ver a otros compatriotas aliados al interés externo por saquear a la patria.

El otro gran tema que debería sentar las bases de una política de estado a largo plazo es la oportunidad estratégica de desarrollar los combustibles no convencionales con su gran emblema de Vaca Muerta e YPF (más allá de las sociedades con privados que puedan establecerse para obtener los volúmenes de capitales necesarios para realizar las inversiones y adquirir la tecnología de punta requerida).

Mientras los argentinos perdemos tiempo en divisiones internas y oportunismos berretas de ocasión, los buitres tienen bien claro estos dos puntos estratégicos. Por eso no sólo judicializan contra el Estado Nacional en los tribunales de Nueva York, sino que han extendido sus embates judiciales contra YPF, Chevron y cualquier firma que ensaye algún acercamiento con la petrolera de control estatal para desarrollar Vaca Muerta.

En relación a este último punto estratégico del desarrollo nacional, como es contar con el autoabestecimiento energético, sorprende las declaraciones y titulares de un diario que se presenta como el camino “Hacia un Capitalismo Nacional”. Se trata del diario BAE. Realmente asombra que considere que un abaratamiento del precio del barril de crudo en los mercados internacionales sea beneficioso para la importación de combustibles (“favorece la importación”) y perjudica la exploración de Vaca Muerta (debido a que como es un combustible no convencional presenta mayores costos de extracción haciendo menos rentable su producción).

La Presidenta en varios discursos de geopolítica internacional jerarquizó las dos potencialidades de la Argentina. Contar con alimentos (también fuentes de agua potable) y energía. Elementos no suficientes pero imprescindibles para un desarrollo en el largo plazo con soberanía. Realmente a veces asusta la miopía de la supuesta burguesía nacional argentina (o directamente su inexistencia total), que en vez de mirar al largo plazo, incluso superando los ciclos políticos, sólo observan el cortísimo plazo. Con esta postura se explica también el proceso inflacionario en curso: muchos productores locales en vez de canalizar los recursos de su abultadas ganancias basadas en el crecimiento del consumo interno de estos últimos años (con tasas de ganancias extraordinarias en términos históricos) para incrementar la oferta, los desvían para financiar la especulación del dólar y presionan para lograr una devaluación que convalide una fortísima redistribución del ingreso a su favor en el corto plazo. Bajo este razonamiento miope, pierden de vista que una brusca devaluación deprime los salarios, reduce el empleo, se achica el mercado interno y esta caída de la demanda es el camino seguro que los lleva a la ruina. Los empresarios nacionales son aliados estratégicos al alto empleo y altos salarios internos en términos de poder adquisitivo (no necesariamente en dólares). Apostar a la especulación, el dólar, la inflación y la devaluación es querer fusilar su propia base de acumulación de la riqueza.

El desarrollo de Vaca Muerta, junto a la recuperación de YPF, son las bases del crecimiento de los próximos 50 años, pero muchos siguen desconfiando de la capacidad y potencialidad del pueblo argentino. Es fundamental proteger ese tesoro argentino y no volver a repetir la historia donde bajo las banderas del fin de la historia, el discurso único y la globalización se perdieron las grandes joyas de la Argentina producto del esfuerzo de generaciones y generaciones de argentinos. La generación del bicentenario es la que descubrió Vaca Muerta, es nuestro deber protegerla, desarrollarla, y dejarla para las próximas.

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