El 12 de octubre se realizarán las elecciones presidenciales en Bolivia, Evo Morales va camino a la reelección que lo depositará por 5 años más al frente del ejecutivo nacional y por profundización del proceso de cambio iniciado en 2006.
Evo Morales llega al poder tras ganar las elecciones de 2005 con una campaña centrada principalmente en la nacionalización de los hidrocarburos y la realización de una nueva Asamblea Constituyente. La victoria del Movimiento al Socialismo implicó un hecho histórico en la vida de los bolivianos: Evo, con un marco de alianzas diversas, el primer presidente indígena, fue el propulsor de un gran programa de reconocimiento a los pueblos originarios y a todas las clases subalternas postergadas en la etapa neoliberal.
Uno de los grandes desafíos para el próximo presidente será mantener el crecimiento económico alcanzado en los últimos años. Así fue, que en 2013 Bolivia creció un 6,7%, el mayor en los últimos 30 años. En ese sentido, reducir los números de pobreza y pobreza extrema es uno de los principales objetivos a tener en cuenta. En el año 2002, 63% de la población estaba bajo la línea de pobreza, mientras que el 40% estaba en pobreza extrema. Debido a la política llevada adelante por Evo Morales, esos números se han ido reduciendo notablemente: en 2013 el 38% estaba debajo de la línea de la pobreza y la pobreza extrema se redujo al 18%. Sin embargo, los índices siguen siendo altos, es por eso que una profundización de la inclusión social puede generar buenos resultados en este sentido.
El evismo, como otros procesos de cambio latinoamericanos, presentan varias similitudes: el crecimiento económico de la última década, la base popular, la inclusión social, y la fuerte impronta de integración en la región. Esto ha desatado grandes críticas -otro patrón común- de las viejas élites tradicionales y de los medios de comunicación. Es por eso que la posible victoria del MAS se puede leer como un triunfo del proceso continental iniciado por Hugo Chávez en 1999, seguido por Lula Da Silva y por Néstor Kirchner en Argentina. Y es en ese sentido de solidaridad entre los países que el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera ratificó el apoyo de Bolivia a la Argentina en el conflicto con los fondos buitre. En declaraciones radiales, García Linera aseguró que los fondos “forman parte del entramado especulativo del capitalismo en su vertiente más agresiva, extorsionadora y ratera”, y afirmó que lo que ocurre con nuestro país “nos puede tocar a nosotros el día de mañana, a Chile o a Paraguay”.
Los candidatos que intentaran disputarle el poder a Evo Morales son: Samuel Doria Medina por la Unidad Democrática, Jorge Quiroga por el Partido Demócrata Cristiano y Juan del Granado por el Movimiento sin Miedo. Las encuestas realizadas marcan que Evo Morales tiene una intención de voto cercana al 60% lo que le daría una victoria rotunda que confirma el rumbo del MAS en Bolivia y en la región.