La negociación para avanzar con la reforma del Impuesto a las Ganancias comenzó ayer formalmente en la Cámara de Diputados, adonde el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y el titular de la AFIP, Alberto Abad, apuntaron puntualmente contra el proyecto del Frente Renovador (FR) de Sergio Massa y enfatizaron que aun creando nuevos impuestos, seguirán faltando recursos para afrontar el costo fiscal que implica.
En ese contexto, Prat-Gay reclamó «responsabilidad» a los legisladores e hizo hincapié en la restricción fiscal que enfrenta el Gobierno. La oposición, en tanto, insistió en proponer fuentes alternativas de financiamiento, lo que quedó abierto a discusión.
«A todos nos gustaría bajar impuestos, pero la consecuencia es quedarnos sin recursos para las políticas sociales que la Argentina necesita y va a necesitar durante mucho tiempo», advirtió Prat-Gay a los diputados de la comisión de Presupuesto. El ministro, que se fue sin responder preguntas, enfatizó la progresividad del Impuesto a las Ganancias, remarcó que sólo alcanza al 8% de la población económicamente activa, y advirtió que el límite del costo fiscal de la reforma que el Gobierno podría asumir es de cien mil millones de pesos.
«No tenemos los recursos fiscales como para entregar más de cien mil millones de pesos entre la Nación y las provincias el año que viene», señaló.
Cuando Abad tomó la posta, se encargó de replicar punto por punto el proyecto del massismo y aseguró que las fuentes alternativas de financiamiento que propuso esa fuerza no alcanzan a cubrir el costo de la rebaja. «Hay un costo adicional de 30.089 millones», explicó y se definió «dispuesto» a reunirse con el FR para analizar los números en detalle.
El economista referente de ese bloque, Marco Lavagna, le preguntó si está abierto a evaluar un impuesto a la renta financiera, la reposición de las retenciones a la minería, y gravámenes sobre el juego y las ganancias del dólar futuro. El funcionario no respondió, aunque Luciano Laspina, titular de la comisión de Presupuesto y anfitrión del debate, señaló: «Tenemos que buscar un equilibrio de justicia en cuanto a qué gravar. No podemos ir a los bandazos».
Las idas y vueltas entre el massismo y el oficialismo y el empeño de Abad en referirse tan detalladamente al proyecto del FR provocaron la queja de algunos diputados de otras fuerzas. «Nos ha resultado sorpresivo que el titular de la AFIP venga a hablar del proyecto de un bloque solamente. Acá hay 30 proyectos. Es notable», ironizó Néstor Pitrola, del Frente de Izquierda.
Compartió la queja el ex ministro de Economía y diputado del PJ-Frente para la Victoria (PJ-FpV), Axel Kicillof, quien además destacó que todo el arco opositor asumió el compromiso de consensuar un proyecto alternativo al del Gobierno. «Espero que algunos bloques de la oposición no vuelvan a votar una propuesta intermedia con el oficialismo, porque no le hacen un favor a la gente», advirtió en clara alusión al FR.
Cuando finalizaba la reunión, irrumpió en la sala Jorge Sola, vocero de la CGT, para cuestionar el proyecto oficial. «No es un dato menor que los representantes de los trabajadores no participen de este debate. Hemos sido convidados de piedra», se quejó. Y dejó en claro que la central obrera no estará satisfecha con «ningún proyecto que contemple al salario como ganancia». Tras cruzar algunas rispideces con los oficialistas Laspina y Fernando Sánchez, enfatizó: «Recuerden por qué fueron votados. Los trabajadores exigimos que desaparezca la cuarta categoría. La rapidez que tuvieron al asumir para eliminar retenciones, la queremos también nosotros».
Así, con los ánimos exaltados, quedó planteada la discusión que continuará mañana en el marco de la comisión con la intención de llevar a la sesión del miércoles 6 un proyecto consensuado. La intención del Gobierno es romper la unidad del massismo con el resto de la oposición para evitar que los diputados aprueben una iniciativa más ambiciosa que la de la Casa Rosada.