Si bien el Gobierno nacional argumenta que los recientes aumentos de tarifas se dieron en el marco de un sinceramiento de la economía, con correcciones que eran necesarias para impulsar la economía, el millonario gasto público en subsidios a empresas prestadoras de servicios, continua profundizándose.
Pese al incremento de las tarifas eléctricas aplicado el 1° de febrero, que para algunos consumidores implicó un alza cercana al 500%, la factura de subsidios eléctricos orillará este año los US$ 10 mil millones; más de 2,5 puntos del PBI
La empresa que administra el gasto eléctrico mayorista, Cammesa, recibirá este año $ 140 mil millones, según datos brindados por dos empresas eléctricas. A un tipo de cambio promedio de 15 pesos, serán unos US$ 9.340 millones. El dinero se utilizará, fundamentalmente, para costear los combustibles (gas, gasoil y fuel oil) que consumen las usinas termoeléctricas.
El miércoles de la semana pasada, durante su presentación en el Congreso para responder reclamos y consultas de los senadores por el manejo de la política energética, el ministro del área, Juan José Aranguren, aseguró que el objetivo prioritario de los aumentos de las tarifas de gas y electricidad no era reducir la millonaria maraña de subsidios estatales que se lleva ese negocio, sino incentivar la inversión para garantizar la oferta de energía a futuro.