Las relaciones entre el Gobierno y Hugo Moyano no parecen haber mejorado tras las elecciones. Por el contrario, todo indica que el oficialismo mira cada vez más a uno de los sindicalistas más poderosos del país como un obstáculo en su plan de reducir costos impositivos y laborales.
Así lo hizo saber el ministro de Producción, Francisco Cabrera, al participar este jueves de un panel del Foro de Líderes Empresariales del Business 20 (B20), que tuvo lugar en la Bolsa de Comercio de Rosario, como paso previo a la cumbre del G20 cuya presidencia asumirá Argentina en 2018.
En su intervención, Cabrera llamó a los empresarios a “estar integrados al mundo” y destacó la competitividad de la industria argentina, en particular del rubro automotor. “La planta de Toyota en Argentina es tan productiva como la de Japón. La de cajas de cambio de Volkswagen en Córdoba es la más productiva del mundo”, afirmó.
Pero a continuación responsabilizó al líder camionero de generar un incremento en los costos empresarios: “Claro que después nos agarran los impuestos, Moyano y la logística, la corrupción en el puerto, obviamente no somos competitivos y además hay impuestos provinciales y municipales”.
Las críticas a quien hasta hace poco era un aliado de Mauricio Macri llegan en medio de los cortocircuitos entre la CGT y el Gobierno por el rechazo que levantó en las últimas horas la reforma laboral en la central obrera. Ahora la cúpula exigen dar marcha atrás con buena parte de los cambios.
Ausente de la reunión del miércoles de la mesa chica, Pablo Moyano envió una señal de fuerte rechazo desde Washington, en donde se reunió con el líder internacional de los Camioneros, James Hoffa, y amenazó con lanzar un paro mundial contra la firma Gate Gourmet.
“Si gana este modelo económico, se viene una reforma laboral que va a provocar miles de despidos» sostuvo, y aseguró que «los trabajadores son los que tenemos poner un freno a este modelo, con flexibilización y con ajuste».