A través de un comunicado de la Cancillería, el Gobierno de Mauricio Macri apoyó el impeachment que terminó con la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.
«Ante los sucesos registrados el día de hoy en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional», manifestó el gobierno nacional en el texto titulado «Proceso institucional en Brasil».
En tanto, los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Cuba, rechazaron dicho proceso mientras que la Argentina manifestó su «voluntad» de «seguir trabajando en una real y efectiva integración» bilateral «en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional».
Venezuela, Bolivia y Ecuador encabezaron fuertes repudios contra lo que consideraron un «golpe parlamentario» y decidieron retirar a sus embajadores de Brasil.
«El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, en resguardo de la legalidad internacional y solidaria con el pueblo de Brasil, ha decidido retirar definitivamente a su Embajador en la República Federativa de Brasil, y congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario», opinó la cancillería venezolana.
Desde Ecuador indicaron que se trata de una «flagrante subversión del orden democrático en Brasil, que considera un golpe de Estado solapado. Políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al Gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a la presidenta».
«Condenamos el golpe parlamentario contra la democracia brasileña. Acompañamos a Dilma, Lula y su pueblo en esta hora difícil», afirmó el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su cuenta de Twitter.