El gabinete de María Eugenia Vidal todavía tiene lugares en los que necesita funcionarios idóneos. Lo cierto es que la gobernadora no logra terminar de armar el equipo de gestión y quedan aún lugares en blanco por cubrir. En muchos casos se recurrió a terceras líneas de la Ciudad de Buenos Aires y en otros, se cedieron lugares al Frente Renovador en el marco del acuerdo que tienen en la provincia.
La Dirección Provincial de Fiscalización Sanitaria en el Ministerio de Salud que comanda Zulma Ortíz, estaba descabezada hasta ayer que se designó a Jorge Molina, padre del intendente de Quilmes.
“Hay muchas cosas por cambiar y mejorar”, fueron sus primeras palabras tras asumir el cargo que tendrá, entre sus principales funciones, el control de los geriátricos bonaerenses.
A parte de ser el padre del jefe comunal Quilmeño, Jorge Molina es un histórico dirigente peronista y ex presidente del Concejo Deliberantes de la localidad.
En comunicación con RadioFMQ afirmó que su nuevo puesto se trata de “una dirección provincial de fiscalización y registro, de aquí dependen todos los establecimientos de salud ya sea público o privado”.
“Vamos a trabajar en conjunto con los Colegios profesionales en las áreas que los incumban y las situaciones de indigencia y geriátricos serán un tema preponderante en la gestión”, dijo.
Actualmente, Molina está en pareja con Raquel Coldani, periodista y actual concejal y presidente de bloque de Cambiemos en Concejo Deliberante.
“Vemos que no solo el problema está en la atención sino que también en el trato que se le da a los adultos mayores. Necesitamos más inspectores, queremos hacer pasantías con alumnos que estén avanzados en la carrera, también queremos estar articulados con PAMI”, describió Molina.
Por último, Molina expresó que “si noto después de un tiempo que no se genera un cambio entonces no estoy para calentar la silla, pero creo que si porque veo voluntad por parte de la Ministra”.