«Nunca pensé que iba a tener que pedirle perdón por este bochorno que se ha cometido», con estas palabras, Cristina Kirchner salió a “celebrar” un empate técnico en la elección bonaerense después de que el oficialismo instalara muy temprano un clima de triunfalismo innecesario.
«Esto que hemos vivido hoy, montar un show para que salga en el prime time de la televisión, como si se tratara de un timbreo, es por sobre todas las cosas una ofensa a la democracia y a todos los ciudadanos que fueron a depositar su voto que se merecían saber cuál era el resultado en la provincia de Buenos Aires», sentenció.
«El resultado es que hemos ganado las elecciones, Unidad Ciudadana. Pero quiero decirles algo, estas elecciones no las ganó ni Cristina ni ninguno de los candidatos de Unidad Ciudadana, las ganaron todos estos hombres que nos están acompañando», sostuvo la expresidenta y candidata a senadora nacional por Unidad Ciudadana desde el escenario.
El resultado final no es el que esperaba el kirchnerismo. Pero la mesa nacional del Gobierno salió a celebrar a las nueve de la noche, cuando la diferencia era de ocho puntos y faltaban cargar las mesas de la tercera sección electoral, donde la diferencia a favor de CFK era previsiblemente amplia. Es, en definitiva, una victoria “psicológica” de la ex presidenta. Pero no tanto real.