La diputada nacional, Elisa «Lilita» Carrió presentó una propuesta que va en contra de las pensiones vitalicias que los ex presidentes y sus familias reciben, debido a la ley de jubilaciones y pensiones que no establece un tiempo mínimo de permanencia en el cargo.
Junto a Fernando Sánchez, del espacio CC-ARI, proponen eliminar, de ahora en más, este beneficio y que los futuros presidentes, vices y los jueces de la Corte Suprema de Justicia reciban las mismas pensiones o jubilaciones que el resto de los mortales. Es que, las cifras, de hecho, son llamativas: Carlos Menem cobra 180 mil pesos por mes. Fernando de la Rúa sigue en la lista, con $ 176.443 y Adolfo Rodríguez Saá -quien fue Presidente de la Nación tan solo una semana- recibe $158.334.
El caso de Cristina Fernández de Kirchner es peculiar: cobra $153.174 pero de la pensión de Néstor. La ex mandataria percibía también la suya por su cargo, pero como no hizo uso de la opción de decidir con cuál de las dos se quedaba, se le dio de baja la pensión que le correspondía por haber sido presidenta.
El beneficio de las pensiones vitalicias presidenciales también lo cobran actualmente Betty Nelly Andrés, la esposa del ex presidente de facto Roberto Levingston ($114.316 por mes), María Estela Martínez de Perón ($101.216 mensuales) y Amalia del Carmen Guido, hija del presidente José María Guido, con $ 99.390.
En el proyecto que presentan Carrió y Sánchez se destaca como ejemplo al ex Presidente Arturo Illia «reconocido por su austeridad y quien al otro día de ser derrocado en junio de 1966, solicitó la presencia del escribano mayor de gobierno a fin de hacer una declaración jurada de los bienes que poseía al momento de abandonar su cargo como presidente». A pesar de ser mínimos, Illia decidió renunciar al cobro de la pensión vitalicia, «por entender que no podía recibirla de un gobierno que lo había derrocado injustamente», recuerda el proyecto.