Tras el veto presidencial a la ley anti despidos, se especulaba con que los principales dirigentes del sindicalismo convocarían a un paro nacional para los próximos días. Los líderes de la CTA se manifestaron en ese sentido, tanto Hugo Yasky como Pablo Micheli, declararon sus intenciones de convocar a una medida de fuerza de alto impacto.
Sin embargo las tres CGT, a falta de consenso interno y en especial la necesidad de preservar el proceso de reunificación de la entidad, determinaron evitar el llamado a un paro nacional como respuesta al veto del presidente Mauricio Macri a la ley antidespidos.
Si bien esa decisión se resolverá formalmente en una cumbre que referentes de las tres centrales prevén mantener en las próximas horas (posiblemente el jueves en una reunión en la sede de UPCN), ya existe una coincidencia mayoritaria acerca de que «no están dadas las condiciones políticas» para profundizar una estrategia de confrontación con el Gobierno
Mientras algunos sectores más cercanos a la figura de Hugo Moyano pugnaban por la alternativa de disponer una huelga, tanto los gremios de la CGT de Antonio Caló, como los poderosos sindicatos del transporte y las organizaciones enroladas en la central Azul y Blanca de Luis Barrionuevo rechazaron de plano esa posibilidad. Incluso a pesar de los llamamientos que hicieros los líderes de ambas CTA.
Sin embargo, entre la dirigencia gremial admitieron que la decisión de dejar en suspenso la vía confrontativa hacia la gestión macrista se vincula a las negociaciones que mantienen con el Ejecutivo para agilizar el reparto de unos $ 2750 millones que reclaman las obras sociales sindicales. «No es lo más importante, pero es un tema que está en la agenda y que esperamos resolver en el corto plazo», explicó un dirigente en relación con la gestión que llevan adelante con el superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino.