El trabajo advierte que en los últimos tres años “la participación de los impuestos que gravan la riqueza y los altos ingresos empeoró drásticamente y se incrementó la imposición al consumo”. Las familias y las pymes tributan más. Se redujo el peso de los impuestos a la propiedad y el gravamen que pagan las empresas y las sociedades. La economista, Fernanda Vallejos propone llevar adelante “una importante reforma impositiva, tanto en la Nación, como en las provincias, de signo exactamente opuesto a las que el gobierno de Macri”.
Entre 2015 y 2018 creció el peso de los impuestos sobre el consumo que pagan las familias mientras se redujo la participación de los tributos que gravan la riqueza y a los sectores de ingresos altos. De esta manera aumentó la regresividad de la estructura tributaria argentina.
Esta es la principal conclusión a la que arriba un informe de Proyecto Económico, el equipo técnico que conduce la economista y diputada nacional, Fernanda Vallejos.
“La participación de los impuestos que gravan la riqueza y los altos ingresos empeoró drásticamente, pasando de representar el 38% de la recaudación en 2015 a sólo el 30,7% en 2018. Paralelamente, se incrementó la imposición al consumo, que pasó de representar el 46% en 2015 al 55,3% en 2018”, señala de forma explícita el paper.
El trabajo de 10 páginas analiza los resultados de los cambios que introdujo el gobierno del presidente Mauricio Macri en materia impositiva entre fines de 2015 y 2018, con el propósito de determinar qué sectores de la sociedad han resultado beneficiados y perjudicados por las mencionadas políticas. El informe subraya en el resumen ejecutivo que “desde el año 2015, la administración Cambiemos –con la vuelta a un régimen neoliberal- modificó radicalmente la evolución tributaria anterior, para virar hacia una mayor regresividad”.
Proyecto Económico identifica los grandes trazos que definen el nuevo esquema impositivo, caracterizado por una menor presión tributaria a las empresas a través de una reducción del impuesto a las Ganancias, beneficios a las subsidiarias locales de las multinacionales, y una drástica caída de la incidencia de los impuestos a la propiedad sobre la recaudación total. En paralelo, el trabajo resalta que Cambiemos optó por incrementar la presión fiscal sobre las familias, las pymes, las cooperativas y también eliminó promociones fiscales sectoriales, que en la práctica afectan particularmente a las economías regionales.
Sin embargo, el informe recuerda que la nueva política de Cambiemos, caracterizada por una mayor indulgencia tributaria hacia los sectores de la sociedad con un mayor poder contributivo, también trajo aparejado una caída en los ingresos del Estado.
Al respecto, el trabajo alerta que “el costo de una menor recaudación y del peor perfil tributario de la Argentina, justificó –en los términos del gobierno- un vertiginoso endeudamiento en divisas, para financiar un déficit fiscal creciente a pesar del ajuste sobre el gasto, para el cual el gobierno no contempla su impacto recesivo sobre la demanda agregada”.
En el informe Vallejos no se conforma con realizar un diagnóstico de lo acontecido en el último trienio sino que propone llevar adelante “una importante reforma impositiva, tanto en la Nación, como en las provincias, de signo exactamente opuesto a las que el gobierno de Macri ha impulsado en los últimos tres años”. Y por último, acota: “una reforma que preserve la racionalidad económica del sistema y, asimismo, actúe como un engranaje efectivo de justicia distributiva deberá gravar con mayor énfasis a la propiedad, en segundo término a los ingresos y, al mismo tiempo, disminuir el peso de los impuestos al consumo. Una reforma que respete esos criterios de equidad contribuiría a equilibrar el sistema, reduciendo la regresividad que se ha venido profundizando fuertemente durante la actual gestión y que deberá ser revertida por un futuro gobierno”.