Días atrás, el presidente de la Nación recibió en la Casa Rosada a la planta mayor del sindicalismo en un encuentro que generó grandes expectativas. Si bien no hubo anuncios concretos, los gremios se fueron de la reunión con el compromisos de cambios concretos en el impuesto a la ganancias.
Sin embargo, luego del anuncio de Mauricio Macri por el cual el piso de ganancias subió de $15.000 a $30.000 mil sobre el salario bruto, se multiplicaron las críticas y hoy los sindicatos evalúan salir de la actitud dialoguista para iniciar, como mínimo, una etapa de presión sobre el gobierno.
Además, de ganancia, en la tensión se suma el papelón en la oferta a los docentes y la marcha atrás con la corrección de las escalas del impuesto a la ganancia, configurando un clima difícil para encarar las paritarias salariales que se avecinan.
En este orden de cosas, el conflicto salarial, sea por la paritaria o por el impuesto a la ganancias, pone al nuevo gobierno en una situación compleja para iniciar el año parlamentario donde tiene ostenta una clara minoría. La luna de miel del gobierno se podría interrumpir con una agenda plagada de conflictos: inflación, salarios y ganancias.