Hasta el momento, el relato de la coalición gobernante, ha sido minuciosamente trabajado para instalar fuertemente la idea de la pesada herencia, de la necesidad de sincerar la economía ante las arcas vacías de un Estado supra benefactor mediante subsidios y contratos de empleo, etc. En el mismo sentido ha articulado políticamente con ciertos referentes del peronismo para lograr los votos necesarios por el tema de los fondos buitres, y caminando por el mismo carril, el Partido Justicialista parece normalizarse con una lista de unidad donde predominan los gobernadores y dirigentes que piden una nueva etapa dentro del partido, un poco lejos del kirchnerismo, al que no que invitan a la mesa de la comida, pero quizás le abran la puerta cuando empiece el baile.
Todo esto, con el beneplácito de los grandes medios de comunicación, que amén de proteger discursivamente las medidas económicas tomadas (el caso más llamativo es que a cada ajuste/tarifazo lo “venden” como reacomodamiento), ante el escándalo internacional de Panamá Papers hicieron caso omiso, mientras que la detención de Lázaro se convirtió en cadena nacional las 24 horas.
El llamado a indagatoria de Cristina Fernandez de Kirchner para el 13 de abril por la causa que investiga la venta de dólar futuro es una jugada que puede desmontar esta estructura armada por las cabezas políticas y comunicacionales del PRO.
El Juez Claudio Bonadio, letrado encargado de causas que denuncian sistemáticamente al kirchnerismo, toma esta decisión en post de justicia, con un trasfondo político, sed de venganza o una mezcla de todo?
¿Serán conscientes las mentes más lúcidas del macrismo, quienes pensaron la campaña presidencial con un detalle comunicacional de muy interesante análisis, que esta jugada del Juez Bonadio puede implicar tirar por la borda lo que tanto les costó construir?
Hoy CFK es un actor político que ha perdido el poder que tenía hasta el 9 de diciembre del año pasado, con una sociedad dividida, un Partido Justicialista que se rearma con otra lógica, una que no logra hacer pie en el Congreso, funcionarios que empiezan a desfilar por Tribunales ante jueces que quieren posicionarse en esta nueva etapa política, etc. Queda el consuelo de las plazas militantes y un núcleo duro de dirigentes que con más convicción que armado político y territorial no piensan en otra cosa que la conducción de “la jefa”.
Pero todo esto puede cambiar el 13 de abril. Cualquier indicio de CFK presa, procesada o como usted quiere llamarle, puede despertar un movimiento político inesperado.
CFK sin haber hecho nada, de hecho desde su salida del poder ha estado refugiada en el Calafate, puede volver a convertirse en la máxima expresión opositora de este país. El PJ tendrá que salir a defenderla, una buena parte de la sociedad expresará su apoyo y La Cámpora será la cabeza de amplias movilizaciones populares pidiendo por la libertad de su referente. Renacerán las flores de la primavera kirchnerista sin haber movido Cristina un solo dedo en post de.
Quedará en el macrismo moverse rápidamente para que el 13 de abril no termine siendo un incipiente 17 de octubre. Se verá en estos días si la política prima sobre el marketing. Quizás empiece un nuevo escenario.
Y como la historia siempre vuelve, y se repiten sus hechos más notables, cuesta terminar estas líneas sin alguna anécdota del General Perón: en Asunción del Paraguay, un corresponsal le preguntó al presidente derrocado qué pensaba hacer para volver al poder en la Argentina. Perón lo miró y le respondió «nada. Todo lo harán mis enemigos”.