El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo este sábado que aspira a mantener el diálogo con la oposición en 2017 y 2018, aunque sus adversarios insisten en pedir elecciones cuanto antes para buscar un cambio de gobierno.
“No voy a permitir que nadie se levante de la mesa de diálogo. En esa mesa de diálogo nos quedamos todo el año 2017 y todo el año 2018”, expresó Maduro durante un acto militar transmitido en cadena de radio y televisión.
Sin embargo, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha mantenido como objetivo en las conversaciones resolver a través del voto la grave crisis política y económica venezolana.
“La oposición debe utilizar este espacio de lucha, como la calle y el Parlamento -de mayoría opositora-, para lograr lo que queremos: una solución electoral al drama venezolano”, declaró este sábado Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, a la televisora privada Televén.
Otros dirigentes opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles han subrayado que el punto central del diálogo debe ser reactivar un referendo revocatorio contra Maduro -cuyo proceso fue suspendido el 20 de octubre- o adelantar las elecciones presidenciales previstas para diciembre de 2018.
Ambos escenarios han sido descartados por el oficialismo en un momento en el cual la popularidad se ve duramente golpeada por una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación que cerrará 2016 en 475% según el FMI.
“No nos vamos a rendir. Ni por las buenas, ni por las malas”, advirtió el mandatario en la conmemoración del aniversario 96 de la Aviación Militar en la ciudad de Maracay, estado Aragua (centro).
Ambas partes tienen previsto reencontrarse el 6 de diciembre en una tercera ronda de las negociaciones iniciadas el pasado 30 de octubre a instancias del Vaticano.
En la cuenta regresiva, gobierno y oposición cruzan acusaciones sobre el incumplimiento de acuerdos alcanzados el 12 de noviembre: convivencia pacífica, medidas para paliar el desabastecimiento de productos básicos y normalización de las relaciones entre los poderes públicos, enfrentados desde que la oposición tomó el control del Legislativo en enero.