Cuando pensamos en las movilizaciones del último tiempo, hay una que obligatoriamente se nos viene a la mente, y es la movilización y todo el movimiento de mujeres que viene creciendo año a año. Desde la primera movilización Ni una menos del 3 de junio, en el 2015, hasta hoy se multiplicaron los espacios políticos, culturales, sociales que tienen como columna vertebral la reivindicación de la mujer.
Basta de violencia, Ni una menos, no es un slogan, es lo más parecido a un grito de guerra, pero también una invitación a pensar y hacer cosas nuevas. Principalmente destinado a nosotras las mujeres, pero también a los varones. Ellos no están ajenos de todo este movimiento.
Además, de plantear la basta de violencia, basta de matarnos, lo que grita el grito de las mujeres, es el querer ser parte de las ideas, de las decisiones, las ganas de cambiar el orden de la sociedad y la desigual distribución del poder. La toma de decisiones, en el gobierno, en los ministerios, en las empresas, y las organizaciones sindicales y políticas las mujeres accedemos con muchas más dificultades que los varones. Siendo que la pobreza, la falta de empleo, la violencia, afecta en primera medida a las mujeres, y si son pobres más. Es necesario y oportuno que la organización mujeres pujen los lugares de decisión que se merecen.
Desde la llegada al gobierno de Macri en la presidencia y Vidal en la Provincia, los grupos sociales más vulnerados, son los que sufren las consecuencias más crudas, del ajuste, los tarifazos, la caída del empleo y los recortes en políticas públicas. Es por eso que este Reclamo, puntual pero a la vez global, apunta directamente al poder político, la justica y las fuerzas de seguridad.
Ni una menos, es la síntesis de una hermandad que la organización de mujeres genera en sus integrantes y en aquellos que sienten y militan honestamente por el poder popular. Las mujeres queremos estar en primera plana, pero no porque encontraron alguna de nosotras en una bolsa de residuos al costado de la ruta, o tapadas por cemento, sino porque nos pusimos como objetivo de ser parte activa de las transformaciones sociales que la sociedad necesita para ser mejor.
Soñamos con una sociedad de iguales, con equidad real de acción y pensamiento. Y para eso se tienen que tomar decisiones, y las mujeres queremos y podemos hacerlo.