La Cumbre de las Américas es evento impulsado desde 1994 que congrega a los 35 países de la región. En el evento los gobernantes de las distintas naciones tratan temas de interés continental. La próxima se celebrará en Panamá y hay quienes la califican de “histórica”.
Te presentamos a continuación algunos de los puntos que hacen relevante este evento americano.
Venezuela: punta de lanza
No es la primera vez que Venezuela se encuentra en el tapete como protagonista del evento. Ya en el 2004 una alianza estratégica entre el para ese entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, y el expresidente de Argentina (país en el que celebró la Cumbre), Néstor Kirchner, logró detener los planes estadounidenses de aplicar el programa de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Una vez más, Venezuela juega un papel fundamental en la nueva edición del evento. Esta vez como impulsora de lo que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha llamado una “diplomacia de paz” contra la injerencia estadounidense reflejada en el decreto firmado contra el país caribeño el 9 de marzo del año en curso.
Desde el momento en que se hizo público el decreto, Venezuela impulsó un movimiento regional no sólo contra el documento que cataloga al país como una “amenaza” para la seguridad de EE.UU. sino contra el imperialismo.
Como nunca antes
Como lo han manifestado diversos jefes de estado del continente, el decreto injerencista ha impulsado con mayor fuerza la unidad latinoamericana y caribeña. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), han manifestado cada una a su manera un rechazo rotundo al documento de la Casa Blanca.
Sin precedentes, la VII Cumbre encuentra a la región con las banderas de la unidad alzadas contra la injerencia de la potencia militar más fuerte del mundo.
Cuba en el evento
Por otra parte, el “histórico” evento contará por primera vez con la participación de la República de Cuba suspendida el 31 de enero de 1962 de la Organización de Estados Americanos (OEA), impulsadora de las Cumbres.
El regreso de Cuba es resultado de la presión que ejercieron los países latinoamericanos que habían advertido que sin la presencia de la isla socialista no asistirían a otra cumbre.