A 10 días de las PASO, en Moreno se vive un clima raro: existen altísimas probabilidades de que en el distrito del oeste del conurbano, el 9 de agosto su actual intendente sea derrotado por su competidor Walter Festa.
Este clima tiene su correlato en los estudios de opinión que circulan en el distrito. Todos ellos dan como ganador en la interna del FpV a Walter Festa. A partir de aquí, como se ha señalado desde este medio, se profudizó la campaña de hostigamiento y aprietes hacia Festa y su militancia.
Esta semana, el mismo West protagonizó un episodio de extrañeza: todos los medios locales difundieron una encuesta aparentemente realizada por la consultora Aresco, en la que el alcalde se impone por más de 20 puntos ante sus tres competidores, Walter Festa, Aníbal Asseff y Damián Contreras.
Realizada entre el 13 y el 23 de julio sobre 1700 casos, dicho estudio arrojó que West obtendría el 37,3% de las preferencias de los morenenses, seguido muy de lejos por el massista Asseff que cosecharía el 14,2% de los votos, el hombre de La Cámpora Walter Festa con el 11,5% y el también massista Contreras con el 11,2%.
La Política Online publicó un artículo que desmiente por completo esta encuesta. Juan Manuel Aurelio, uno de los directores de la consultora, aseguró que «nosotros no hemos hecho ninguna encuesta en Moreno. Hace tiempo que no medimos el distrito». Luego de esto, Aurelio cruzó indirectamente a West: «la tergiversación de los resultados de las encuestas, o directamente el invento total de sondeos son muy comunes en épocas de campaña».
Hasta aquí este episodio, que en cierta medida refleja el clima de desgobierno que reina en el entorno de West. Por otro lado, los hechos de violencia en contra de sus opositores no han cesado. Esta semana desde el equipo de Festa denunciaron que otra patota que responde al intendente destrozó los autos con los que hacían campaña.
El clima de hostigamiento es tal, que según indican fuentes, vecinos que no tienen pertenencia partidaria alguna salen a pintar con grafitis durante altas horas de la noche para mantener su perfil bajo, por temor a represalias, consignas tales como «Andate West».
Con esto trata de reforzarse la idea planteada: en Moreno es cada vez más palpable un histórico cambio de mando. Queriendo evitar ello, West mete mano a todo tipo de recursos para evitar por cualquier medio que esto finalmente se de.