El distrito gobernado por el automovilista Sebastián Abella vive un proceso de reordenamiento político que sigue convulsionado.
Por un lado, la ex intendenta Giroldi, apostando a una unión vecinal que arrastre votos del peronismo y que ya anuncia una ruptura del bloque de concejales del FpV. Por otro, el propio bloque oficialista no logró completar lo que hubiera significado una cómoda mayoría en el Concejo Deliberante.
El radicalismo de Campana quedó partido en dos fracciones, históricamente distanciadas. Por un lado, la fracción liderada por el ex concejal Axel Cantlon. Por otro lado el sector liderado por Luis Gómez, ex presidente del Concejo Deliberante que integró la lista ganadora de Abella.
Cantlon, nieto del extinto caudillo radical Dellepiane, no aceptó negociar con Abella, lo enfrentó en las PASO y no sumó sus concejales en el recinto del Concejo, que forman un bloque aparte.
Sin embargo el bloque de Cambiemos, a pesar de esta contingencia, logró resolver la ecuación sumando a un vecinalista, Carlos Cazador, quien sumó su banca unipersonal al nuevo oficialismo, aclarando que lo hacía por convicción, sin ningún ofrecimiento a cargo alguno que pueda malinterpretarse.