Se realizó ayer la apertura de la primera válvula de la megaobra clave para el desarrollo energético, que permitirá ahorrar más de 4.200 millones de dólares al año.
El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), una obra clave para el desarrollo energético de la Argentina, concretó ayer la apertura de la primera válvula de llenado como parte del proceso que concluirá el 9 de julio próximo, cuando se realice la inauguración oficial de la primera etapa del ducto que llevará el gas de la formación de Vaca Muerta al centro del país.
La puesta en marcha del tramo que se extiende desde Tratayén, en Neuquén, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló permitirá ampliar la capacidad de transporte de gas y hacerlo llegar a los centros de consumo, lo que permitirá un ahorro anual de 4.200 millones de dólares en sustitución de importación de Gas Natural Licuado (GNL), combustibles líquidos y energía eléctrica.
La maniobra de apertura de válvula, técnicamente conocida como “puesta en gas”, consistió en la puesta en marcha de la Estación de Medición Tratayén y de los primeros 29 kilómetros del gasoducto.
La habilitación parcial y progresiva, un procedimiento habitual en este tipo de operaciones, tiene por objetivo garantizar que el llenado homogéneo del ducto con gas natural desplace por completo el aire y permite probar el funcionamiento de los sistemas de medición y regulación de las plantas.
De esta forma, se inició el cronograma de habilitación del gasoducto por tramos hasta su inauguración oficial, que está prevista para el próximo 9 de julio.
En declaraciones a la prensa, la secretaria de Energía, Flavia Royon, destacó que la obra se hizo “en tiempo récord”, y afirmó que permitirá dar “un salto de producción” en Vaca Muerta y llevará a la Argentina al autoabastecimiento energético.
Con esta primera obra, el país no volverá a hacer compras importantes de GNL desde otros puntos del mundo y, cuando esté terminada la segunda etapa, “va a llevar a la Argentina a un autoabastecimiento de más del 95%”, afirmó Royon.
En ese sentido, destacó que esta obra permitirá que la Argentina no esté atada a la variación de los precios internacionales a la hora de asegurar su abastecimiento energético y, además, permitirá exportar en una primera instancia el gas excedente a países vecinos.
“El sector energético se va a consolidar como el segundo sector generador de divisas para nuestro país”, remarcó Royon.
Por su parte, el presidente de Energía Argentina, Agustín Gerez, subrayó que el gasoducto es un “hito histórico que nos encamina definitivamente a la soberanía energética, lo que anhelábamos allá por el 2012”, a pesar de haberse llevado a cabo “en una coyuntura nacional e internacional muy delicada”.
Según explicó Gerez, una vez que se pueda abastecer a las industrias y hogares con gas producido localmente, se hará “a un precio más competitivo”.
La obra de ingeniería, considerada como la más importante de los últimos 50 años, se concretó en un plazo récord de diez meses y atraviesa cuatro provincias: desde la planta de tratamiento de gas en la neuquina Tratayén, emplazada en el corazón de Vaca Muerta, pasando por Río Negro y La Pampa hasta Salliqueló, Buenos Aires.