El aumento salarial anunciado esta mañana por Axel Kicillof logró desactivar el grueso de las protestas de los policías bonaerenses, a pesar de que un grupo intentó resistir hasta que se firmara un compromiso de que no habrá sanciones.
Alrededor de una hora después del final del acto del gobernador bonaerense y tras algunas deliberaciones entre los efectivos, se dio el primer gesto concreto del final de las protestas: los policías levantaron todos los patrulleros que estaban en Puente 12, el epicentro del reclamo.
En un principio, el grupo de policías retirados que empujaba la protesta rechazó los anuncios de Kicillof y pidió continuar con la retención de tareas, pero los oficiales en servicio se fueron del lugar y retomaron sus tareas habituales.
En los otros puntos de la protesta en el Conurbano la escena fue similar, aunque en algunos casos se vio una intervención directa de los mandos medios de la fuerza para lograr que los efectivos de bajo rango levantaran los piquetes.
Según trascendió, la negociación del Ministerio de Seguridad y de la cúpula de la fuerza se realizó justamente con los mandos medios, que fueron los encargados de detallar la letra fina de los anuncios.
Uno de los puntos más conflictivos fueron las posibles sanciones, que eran el punto número uno del petitorio de los policías, incluso por encima del pedido de aumento salarial. Aunque Kicillof no habló de la cuestión, trascendió que el gobierno se habría comprometido a no iniciar sumarios contra los que participaron de la protesta, aunque no habrá un compromiso escrito.