El peronismo bonaerense vivió una semana de fuertes roces internos. El plantazo que le propinaron los intendentes de Fénix y Esmeralda al propio Máximo Kirchner marcó el nuevo tono de la discusión a semanas de la presentación de listas.
Rápida de reflejos, la ex presidenta se mostró con Jorge Ferraresi y Mario Secco y dejó trascender que la próxima semana convocará a los intendentes al Instituto Patria intentando así evitar la fuga hacia el randazzismo.
Los intendentes aprovecharon el grosero error de la cámpora que, con escasos reflejos, intentaron hacer parte de un acto de unidad a dirigentes como Amado Boudou y Luis D’Elia desatando una rebelión que los terminó por parar como actores necesarios de la discusión política. A pesar de las declaraciones altisonantes iniciales, el kirchnerismo volvió sobre sus pasos y Cristina les dará la reunión tan reclamada por los jefes comunales.
Quien celebró el traspié de Máximo Kirchner y Fernando Espinoza fue Florencio Randazzo, quien además de operar la interna del Frente Renovador dedica parte del día a intensificar los diálogos con los intendentes a quien seduce con su planteo de renovación peronista.