Del activismo a la militancia

Foto: Estanislao Santos
Foto: Estanislao Santos

Si es posible encontrar una sensación que haya invadido a todos los argentinos por igual tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales, esta sin duda sería la conmoción, la sorpresa.

Gracias en gran parte al errado pronóstico de las múltiples encuestadoras, ni propios ni ajenos esperaban el resultado de fines de octubre e indudablemente, el golpe, -de desconcierto para algunos y de alegría para otros- que significó la existencia de una instancia de ballottage, dio inicio a un proceso instantáneo de politización de la sociedad.

En el plano político, la reconstrucción de las instituciones, la desestigmatización de la discusión cotidiana y la reaparición de la militancia (consecuencias, en gran parte de la voluntad del gobierno que se va) fueron algunos de los factores que estimularon a un sector convencido pero desorganizado y, en lo que refiere a la práctica militante, inactivo, a autoconvocarse en un ámbito en permanente desarrollo e innovación en lo que refiere a tácticas y estrategias militantes, y de propaganda política: las redes sociales.

Estas han sido terreno de una intensa interacción vinculada al momento electoral: sus usuarios atribuyeron a este espacio de recreación virtual una función -incipiente hasta ahora- de promoción y activismo político. A través de eventos, páginas y grupos se realizaron convocatorias y manifestaciones a favor de cada uno de los candidatos, las publicaciones eran espacios de debate, los hashtags marcaban tendencias y hasta se llegaron a realizar producciones independientes tales como spots o cartas abiertas.

Una de las mejores expresiones de este interesante fenómeno es el grupo creado en la red social Facebook conocido como Resistiendo con aguante. Este nació gracias a la idea de Tita Ayan, una mujer de 38 años habitante de San Martín de los Andes. La difusión no requirió de inversión publicitaria ni nada por el estilo, de lo contrario, se dio un efecto cadena o «de boca en boca» virtual: cuando un usuario era agregado al grupo, invitaba a otros contactos y asi sucesivamente hasta llegar hoy al casi medio millón de miembros.

Las ideologías y las experiencias de sus integrantes son múltiples pero aquello que convocó a cada uno de ellos es -como lo dice su nombre- la resistencia al macrismo y el hallazgo de contención política dentro del Frente Para La Victoria.

El espacio se transformó en escenario propicio para contar historias, anécdotas, compartir estrategias de convencimiento y hasta llegó a asumir, especialmente luego del 22 de noviembre, una función de refugio. Hoy, podría decirse que Resistiendo con aguante ha trascendido los límites de lo virtual: sus integrantes han encontrado en él una especie de contención orgánica que los ha conducido a la realización de diversas manifestaciones que van desde producir remeras con su nombre hasta poner al aire una radio con el mismo título.

Todo este activismo político virtual que de alguna manera esperanzó a gran parte de quienes lo llevaron adelante con el fin de que el Frente para La Victoria siga gobernando la Argentina, parece estar en un permanente proceso de metamorfosis: de la propaganda y el entusiasmo por convencer para ganar, se pasó a -como declaró su creadora en una entrevista a Página 12– “cumplir el rol de fiscales del nuevo gobierno”, defendiendo y velando por cada una de las conquistas adquiridas, y difundiendo aquellas políticas y medidas regresivas que los medios hegemónicos se empecinan en ocultar o disfrazar.

Hoy, podría decirse que Resistiendo con aguante ha trascendido los límites de lo virtual: sus integrantes han encontrado en él una especie de contención orgánica

En cierto punto, con la ironía que merece, el nombre del grupo fue premonitorio del rol que cumpliría no solo el 49% de la sociedad que no vio a su candidato electo consagrado, sino todo el pueblo argentino: el rol de resistir a un gobierno que parece querer avanzar sobre todo lo realizado, para reconstruir un país en beneficio de aquellos intereses ajenos a la patria.

Sin embargo, en el contexto de un futuro incierto, con un gobierno entrante que responde a una tradición que se rige por una lógica mercantilista y antipolítica, parece imprescindible tener en cuenta que el terreno de las redes sociales no puede escindirse de su condición abstracta y tácita, y que por lo tanto, este no goza de la misma incidencia en la realidad política argentina que la militancia “real”, terrenal. Es por eso, que en estos años que se avecinan, el conjunto de las organizaciones políticas que integran el espacio del FpV, desde la oposición al liberalismo del futuro oficialismo, deberían considerar darse la tarea de integrar a aquellos convencidos que durante la campaña han -desorganizada pero intensamente- luchado por el triunfo de Scioli, al mundo de la práctica política que podría caracterizarse como tangible, concreta: transformar el activismo en militancia.

Parece imprescindible tener en cuenta que el terreno de las redes sociales no puede escindirse de su condición abstracta y tácita, y que por lo tanto, este no goza de la misma incidencia en la realidad política argentina que la militancia “real”, terrenal

Si nos planteamos hacer un análisis, devenido en autocrítica, podríamos poner en debate la voluntad del kirchnerismo de construír como primordial sujeto político, militante, y principal interlocutor en el plano discursivo, a la juventud. Hoy podemos llegar a cuestionarnos si de este modo no se excluyó de la discursividad y simbólica, a muchos otros sectores históricamente convocados por el peronismo como ser los trabajadores. Sin duda, la efervescencia que generó el clima electoral en los convencidos del FpV demostró que la población en estado potencial para la militancia no comprende solo a los jóvenes.

Como movimiento es pertinente además de hacer balances y revisiones, comenzar a esbozar las líneas estratégicas que definirán el rumbo a seguir en la etapa que se viene: la conformación de una oposición sólida y patriotica, que vele y puje por los intereses de la nación y del pueblo pero con este en sus filas.

El clima electoral de estos últimos meses pareció propicio para que florezcan las miles de flores con las que Néstor soñaba: cientos de jóvenes, adultos, ancianos, mujeres, hombres, trabajadores, jubilados salieron sin una orgánica definida, a capa y espada a defender lo conquistado estos últimos años, salieron a convencer, a militar, a debatir y por más de que eso no haya sido suficiente para que Daniel Scioli hoy sea el futuro presidente, si lo es para, con una fuerte tarea de la militancia organizada de sumar a estos compañeros de por medio, resistir y organizarse en la etapa que se viene.

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Estudiante de Ciencias de la Comunicación Social (UBA) // Twitter: @mariahenry21 // Blogspot: http://comotevaenestostiempos.blogspot.com.ar