Esta nueva edición semanal del L’Osservatore Romano en lengua española, está especialmente dedicada al inicio del proceso sinodal de la Iglesia Católica promovido por el Papa Francisco. Desde su portada, con su llamado pontificio a “Encontrar, escuchar y discernir”, el Papa Bergoglio promueve un período de reflexión profunda dentro de la Iglesia de la cual es Sumo Pontífice.
Explicitando que este camino es “el desafío de una Iglesia abierta a la novedad”, el Papa Francisco en su discurso de apertura también expresó que: “Gracias por estar aquí, en la apertura del Sínodo. Han venido por muchos caminos y de muchas Iglesias, llevando cada uno en el corazón preguntas y esperanzas, y estoy seguro de que el Espíritu nos guiará y nos dará la gracia para seguir adelante juntos, para escucharnos recíprocamente y para comenzar un discernimiento en nuestro tiempo, siendo solidarios con las fatigas y los deseos de la humanidad».
Reitero que el Sínodo no es un parlamento, que el Sínodo no es un sondeo de las opiniones; el Sínodo es un momento eclesial, y el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo. Si no está el Espíritu, no habrá Sínodo. Las palabras clave del Sínodo son tres: comunión, participación y misión. Comunión y misión son expresiones teológicas que designan el misterio de la Iglesia, y es bueno que hagamos memoria de ellas. personales. El padre Congar, de santa memoria, recordaba: «No hay que hacer otra Iglesia, pero, en cierto sentido, hay que hacer una Iglesia otra, distinta». Y esto es un desafío. Por una “Iglesia distinta”, abierta a la novedad que Dios le quiere indicar, invoquemos al Espíritu con más fuerza y frecuencia, y dispongámonos a escucharlo con humildad, caminando juntos, tal como Él —creador de la comunión y de la misión— desea, es decir, con docilidad y valentía”.
En otro momento de este acontecimiento histórico, durante la celebración eucarística para la apertura del proceso sinodal,
presidida por el Santo Padre en la basílica vaticana, Francisco predicó que: “Una persona, un hombre rico, corrió hacia Jesús mientras
Él «iba de camino» (Mc 10,17). Muchas veces los Evangelios nos presentan a Jesús “en camino”, acompañando al hombre en su marcha y escuchando las preguntas que pueblan e inquietan su corazón.
De este modo, Él nos revela que Dios no habita en lugares asépticos, en lugares tranquilos, lejos de la realidad, sino que camina a nuestro lado y nos alcanza allí donde estemos, en las rutas a veces ásperas de la vida. Y hoy, al dar inicio al itinerario sinodal, todos —el Papa, los obispos, los sacerdotes, las religiosas y los religiosos, las hermanas y los hermanos laicos— comenzamos preguntándonos: nosotros, comunidad cristiana, ¿encarnamos el estilo de Dios, que camina en la historia y comparte las vicisitudes de la humanidad? ¿Estamos dispuestos a la aventura del camino o, temerosos ante lo incierto, preferimos refugiarnos en las excusas del “no hace falta” o del “siempre se ha hecho así”? Hacer sínodo significa caminar juntos en la misma dirección. Miremos a Jesús, que en primer lugar encontró en el camino al hombre rico, después escuchó sus preguntas y finalmente lo ayudó a discernir qué tenía que hacer para heredar la vida eterna. Encontrar, escuchar, discernir: tres verbos del Sínodo en los que quisiera detenerme”.
Además de otros discursos, artículos y editoriales sobre este Sínodo y otros temas de la variada y extensa actividad vaticana oficial de esta semana, este ejemplar incluye como lo hace habitualmente, los textos completos de los dos encuentros habituales semanales de Francisco. El Ángelus dominical y la Catequesis durante la Audiencia General de los miércoles. En el primer caso, el Papa Francisco desde la ventana de su estudio privado del palacio apostólico frente a los fieles congregados en la Plaza San Pedro, hizo un llamado ecuménico sobre “la fe que no nace de un deber sino de una mirada de amor”.
En el segundo encuentro semanal, en relación con el 12 de octubre, el primer Papa latinoamericano dijo: «¡Cuántos errores se han realizado en la historia de la evangelización queriendo imponer un solo modelo cultural! ¡La uniformidad como regla de vida no es cristiana! ¡La unidad sí, la uniformidad no!». Lo subrayó el Papa Francisco en la audiencia general de la mañana del miércoles 13 de octubre. Prosiguiendo en el Aula Pablo VI las catequesis sobre la Carta a los Gálatas, el Pontífice habló de «visión de la libertad propia de Pablo».