El Congreso que se celebró en Obras Sanitarias logró aprobar el cronograma electoral y establecer la junta electoral, de la cual La Cámpora escogió no formar parte. Discusión acalorada sobre la derogación de la ley cerrojo: ¿verticalismo o debate horizontal? Los gobernadores intentaron modificar la Carta Orgánica pero no lo lograron: el 8 de mayo las autoridades se elegirán por el voto directo de los afiliados. ¿Se evitará la intervención judicial?
Las diversos cónclaves partidarios del peronismo casi siempre tienen la particularidad de despertar expectativas que no siempre terminan condiciéndose con los hechos concretos. Esta afirmación, desprovista de todo juicio de valor, calza bastante bien con lo acontecido en este Congreso del PJ. No obstante, lo sucedido hoy se vuelve digno de ser analizado desde el momento en que el mismo parece prefigurar tendencias que pueden agudizarse en el futuro.
Por otro lado, lo que pasó hoy revela que el Partido Justicialista es un sello casi sacrosanto. Haciendo una exégesis del histórico Lorenzo Pepe, estamos frente a una inmensa tribu donde cohabitan muchas etnias, que si bien guerrean unas con las otras, comparten una especie de consenso básico que es que la tribu no debe desaparecer. Yendo a contrapelo de Leandro N. Alem, preferible es que se doble antes que se rompa.
Pero hay que ir despacio. ¿Cuáles fueron las expectativas que se esfumaron ante la realidad efectiva? Los ánimos de algunos sectores que desde los medios se inflaron. Si se tomaba al pie de la letra lo que vaticinaban, en Obras se iban a ver temperamentos caldeados y furibundos. Una batalla campal no estaba fuera de los cálculos. El destinatario iba a ser el díscolo Bloque Justicialista. El brazo ejecutor, el kirchnerismo de paladar negro.
Quizás porque lo antedicho no estaba descartado, Diego Bossio fue de los más tempraneros: 9:45 se lo veía por el estadio, junto con Oscar Romero y los salteños Pablo Kosiner y Evita Isa. El ex titular de ANSES hizo del perfil bajo una constante en las tres horas que estuvo: se retiró cuando los oradores no habían terminado de hablar, bajo la inquisidora mirada de un sector de La Cámpora.
¿Por qué se habla de un sector? En la cancha de basquet, se ubicó en el extremo izquierdo el sector que responde a José Ottavis. En el derecho el resto. Los congresales de Wado de Pedro (quien llegó junto a Juan Cabandié), los del “Cuervo” Larroque (quien no estuvo dado que eligió estar en la movilización de ATE), junto a Mariano Recalde. Orquestados los de la derecha por Carlos Zannini. Pese a que la buena onda abundó entre todos ellos, la pregunta brota por sí sola: ¿esta disposición augura la ruptura de la agrupación de la ex presidenta?
Pero como esto pretende ser una crónica, no es la idea adelantarse. Volviendo a la previa del Congreso, se sabía de antemano que quienes lo iban a presidir (Gildo Insfrán secundado por José Luis Gioja, el presidente saliente Eduardo Fellner, Hugo Curto, la mencionada Isa, Beatriz Rojkés de Alperovich y el apoderado Jorge Landau) tenían la intención de agotar lo más rápido posible el orden del día, cumplir con la liturgia cantando la Marcha e irse de vuelta a sus territorios. Restaba verse qué y cómo iban a discutir aquellos que querían poner en el tapete el tema más importante: que las autoridades partidarias las elijan los congresales o los afiliados.
Quizás en parte por esto, los dirigentes que iban ingresando realizaban declaraciones correctas. Como Martín Insaurralde, que instó a los peronistas a “hacer una autocrítica, encontrarnos en nuestras diferencias para buscar la renovación y las autoridades”. O como Fernando Espinoza, que recordó que “un día como hoy fue electo por primera vez como presidente de la Nación el General Perón. No le crean a los que dicen que el peronismo está partido o que va a desaparecer”. De igual manera se expresó Juan Manuel Abal Medina, quien dijo que “el principal favor que le podemos hacer al oficialismo es dividirnos”.
Cristina Álvarez Rodríguez, tras apelar también a la liturgia rememorando el triunfo de 1946, deseó “estar a la altura del tiempo y las circunstancias, tenemos un adversario que se llama Mauricio Macri. Si hay diferencias que se puedan dirimir hacia adentro y que podamos salir fortalecidos”. Julián Domínguez fue en el mismo sentido de espíritu unitario: “estamos convencidos de que el todo es superior a las partes”.
Distinto fue el parecer de Gabriel Mariotto. El ex vicegobernador dijo lo mismo que venía diciendo: para el lomense “las autoridades responsables de la derrota no pueden ser las que intenten la reconstrucción”. Jorge Milton Capitanich situó sus declaraciones en un lugar distinto al que usualmente suele hacerlo. El intendente de Resistencia pretende “recuperar nuestra identidad desde la oposición política”. Sin embargo, cree que es “posible la unidad porque tenemos que actuar con desprendimiento de expectativas personales”. Fueron sus únicas palabras: al igual que Juan Manuel Urtubey, calló durante todo el tiempo que duró el Congreso.
El único que no dio declaraciones fue Daniel Scioli, quien ingresó raudamente, casi sin dar tiempo a los periodistas que se encontraban ávidos de conversar con los dirigentes. El derrotado candidato presidencial mostró un bajísimo perfil, al igual que su compañero de fórmula, el mencionado Carlos Zannini. ¿Anticipo de los tiempos que vendrán?
Yendo al Congreso en sí, apenas pasadas las 11, con 622 congresales (dieron el presente los puntanos y los pampeanos; brillaron por su ausencia los cordobeses) arrancó con un orden del día que contó con tres puntos: el tratamiento de la comisión de poderes, la elección de la junta electoral partidaria, y la modificación de la carta orgánica. Con el segundo punto el dato saliente es que la nómina aprobada no contiene ningún integrante de La Cámpora o de algún otro espacio afín.
Los miembros de la junta serán Hugo Curto (su presidente), el ex gobernador mendocino Celso Jaque, el matancero Fernando Barrera (hombre de Espinoza), Silvina Frana (de Santa Fe), Hugo Insausti (de Jujuy), Armando Cabrera (de Formosa), la sciolista Cristina Alvarez Rodríguez, Jorge Franco (de Misiones), Bernardo Herrera (de Santiago del Estero), Marina Riofrío (senadora nacional por San Juan), Máximo Rodríguez (de Tres de Febrero) y Mauricio Mazzón (del Bloque Justicialista).
En rigor, se trata de una junta electoral dominada por los sectores más bien tradicionales del justicialismo, representantes de los gobernadores e intendentes que reclaman haber sido “desplazados” de las listas en tiempos recientes. La agrupación de la ex presidenta decidió rechazar el ofrecimiento para que un integrante suyo tenga un lugar aquí. Sus razones: escogieron tener un hombre en alguna de las listas (uno de los sectores prefiere que haya internas), en lugar de ser parte de la junta. De ser así lo segundo, especularon con que se les bloquearía lo primero.
El siguiente punto del orden del día fue el causante del cruce más importante: los gobernadores pretendían la modificación de la Carta Orgánica, más precisamente los artículos 21 y 24. Este último establece que la elección de los miembros del Consejo Nacional se da por el voto directo de los afiliados. Gildo Insfrán propuso reemplazar esta modalidad, siendo entonces los congresales nacionales quienes escojan a los miembros del Consejo.
Automáticamente salieron al cruce Mario Ishii y Agustín Rossi. El santafesino lanzó una moción en contra de esta reforma. “La reforma más importante que ha hecho el justicialismo desde la vuelta de la democracia es que sus autoridades sean elegidas por el voto directo de los afilados. Esto es un enorme retroceso. No quiero volver a viejas etapas, cuando un congreso resolvía por sobre la voluntad del pueblo peronista que es el afiliado” lanzó, logrando la adhesión de varios dirigentes, como Miguel Pichetto que lo secundó tomando la palabra.
Rossi, Pichetto y los varios dirigentes que los acompañaron lograron dejar en suspenso esta modificación, causando que el 8 de mayo voten los afiliados. Quedará para el futuro la discusión sobre la modalidad de la votación. A tales efectos, se designará una comisión que definirá esto para el próximo Congreso.
Tras esto, Insfrán se disponía a cerrar el Congreso y cantar la marcha. En este momento se desató otro nuevo cruce, con una moción que ya se había anticipado: Patricio Mussi solicitó que el Congreso partidario instruya a los legisladores nacionales no votar la derogación de la ley cerrojo de Macri, para no darle así el aval de negociar con los holdouts y luego tomar deuda. Dicha moción fue reforzada cuando el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, tomó la palabra.
Tras un breve interregno, en el que Mariotto pidió la extensión del plazo afiliatorio para celebrar internas en los distritos en los que hubo derrotas en octubre y fue rebatido por Insfrán, Pichetto cruzó a Mussi y a Ferraresi. Tras asegurar que “vamos a tener total libertad para decidir lo que consideremos correcto en el Congreso”, el rionegrino dejó en claro que estos momentos son de “debate horizontal” en donde no existe la bajada de línea.
Al momento de retirarse Bossio, tomó la palabra Oscar Parrilli y luego Héctor Recalde, quienes reforzaron el pedido de Mussi y Ferraresi. En este punto hay que hacer un alto: si bien encontró apoyos no desdeñables esta moción, dista de la “aclamación” a la que se refirió Wado de Pedro en su Twitter.
El Congreso del PJ aprobó por aclamación la moción de @jpatriciomussi Ferraresi y Recalde de no derogar las leyes de Pago Soberano y Cerrojo
— Wado de Pedro (@wadodecorrido) February 24, 2016
Los últimos oradores fueron el “Chino” Navarro y Juan Pablo De Jesús, intendente del Partido de La Costa. Navarro, tras cargar contra los dirigentes que asisten a los sets televisivos (¿Bossio y Urtubey?), fue el único en hacer alusión a la necesidad de regresar a la militancia territorial, recuperando el debate horizontal con la base del peronismo en momentos en que las medidas económicas del gobierno impactan en los barrios.
De esta manera, el justicialismo formó la junta electoral y fijó cronograma electoral para la elección, por el voto directo de todos los afiliados, de las futuras autoridades partidarias.
El 23 de marzo vence el plazo para la exhibición del padrón de electores, que será aprobado y publicado el de abril.
El 8 de abril vence el plazo para la presentación de listas y candidatos. En caso de haber internas, el 12 se oficializarán las listas y se sorteará el número de cada lista.

Agustín Alejandro Cesio
