El encuentro fue la continuidad de lo que arrancó en la UMET y en el primer desembarco en el interior estuvo el G7: Víctor Santa María, Fernández, Solá, Arroyo, Navarro, Agustín Rossi y el presidente del PJ bonaerense Gustavo Menéndez a quien dejaron fuera del encuentro de Gualeguaychú que organizó Miguel Ángel Pichetto. En esta oportunidad se sumaron a las mujeres representadas por la diputada nacional local Verónica Mercado y la vice del Congreso justicialista bonaerense.
Mientras Sergio Massa «estudia» economía con Roberto Lavagna una vez por semana en la casa del ex ministro en Saavedra y visita periódicamente al fonoaudiòlogo para poder presentarse como el futuro Presidente de la Nación en el Frente Renovador se respira incomodidad. Con Graciela Camaño a la cabeza, varios legisladores estuvieron el viernes en la cumbre de Entre Ríos, incluso Arroyo estuvo allí avalando el lanzamiento de un espacio que en el Congreso buscará una estrategia común. También estuvo Florencia Casamiquela del randazzismo.
Del otro lado de la grieta interna, en Catamarca, estuvo Felipe Solá, un renovador digerible para el kirchnerismo, aún cuando a veces los cuestiona sin eufemismismos. Alberto Fernández fue por el randazzismo. El ‘Chino’ Navarro, del Movimiento Evita que apoyó a Randazzo es de los «7» mientras que por su mismo espacio Juan Manuel Abal Medina viajó a título personal pero con aviso a Gualeguaychú.
En los discursos hablaron todos de unidad.
