Por Alejandro Aguero
Corría el mes de marzo y en el marco de una cumbre partidaria, la dirigencia del PRO confirmaba la estrategia de reelección de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Todo un adelantamiento del clima electoral que, a pesar de intentar reducir la incertidumbre política por la sostenida caída del gobierno en la opinión pública, terminó tiempo más tarde por reconfigurar tanto el mapa de la oposición como de la propia coalición de gobierno, al obligar a la Unión Cívica Radical a innovar en su estrategia de relacionamiento con la Casa Rosada.
Cuando el ecosistema política parecía no ofrecer mayores novedades, y la puja entre Cristina Fernández y Mauricio Macri era la clave excluyente para interpretar la realidad política, el peronismo no K y los radicales salieron a la opinión pública a construir un mensaje en todo un intento de posicionamiento con el norte puesto en las elecciones presidenciales del 2019.
Detrás del clima caliente que vivió la Casa Rosada con el cuestionamiento abierto al tarifazo en los servicios públicos, no solo encontramos el rechazo social en la medida, sino, y por sobre todo, los realineamientos del mapa político.
Radicales y peronistas decididos a jugar en el 2019
¿Cómo encontrar un lugar en la agenda pública cuando la puja entre Macri y Cristina tiende a evaporar a todas las voces que se sitúen por fuera de este duelo dialéctico? Una pregunta que carcome tanto a la dirigencia radical como al conjunto de gobernadores peronistas decididos a romper con el liderazgo de la ex presidenta.
Dos realidades totalmente distintas pero un común denominador aglutina a los dos partidos tradicionales. En la confrontación con Mauricio Macri parecen encontrar la respuesta a un paisaje político que tiende a cerrarse en los contornos de la grieta.
Con la discusión abierta por la exponencial subas de las tarifas arrancó la campaña electoral del 2019. Es que por un lado, los legisladores que responden a los gobernadores y los diputados del Frente Renovador terminaron por confirmar el acercamiento iniciado en la cumbre de Gualeguaychú dejando en claro que la etapa del diálogo y el consenso con el gobierno nacional quedó atrás y en adelante saldrán a disputar la hegemonía de la oposición que le corresponde a Cristina Fernández. Por otro lado, los radicales terminaron por entender que la política de la “obediencia debida” con Mauricio Macri y Marcos Peña los terminará condenando al lugar de socio menor de la coalición de gobierno, y tomando el modelo de Carrió, salieron a cuestionar públicamente a la Casa Rosada obligando al presidente a sentarlos en la mesa de decisión.
Dos señales que preocupan al macismo, y más cuando esperaban avanzar este año con pisos de entendimiento con los gobernadores justicialistas, a sabiendas de que el año próximo es electoral y en consecuencia el parlamento tendrá escaso funcionamiento.
Más allá de las particulares imágenes de Nicolás Massot y del protagonismo bochornoso de Alfredo Olmedo, la sesión especial convocada en la Cámara de Diputadas -que estuvo a tan solo un legislador del quórum- le dejó en claro al gobierno nacional que en adelante el peronismo dejará el rol de “aliados” para avanzar en la conformación de un interbloque netamente opositor junto a los legisladores del Frente Renovador. Sobre esto último, un solo dato, el salteño Pablo Kosiner en diálogo permanente con Miguel Ángel Pichetto, se esperanza en arrebatarle el rol de primera minoría parlamentaria a Unidad Ciudadana. Con la calculadora en mano, se esperan novedades durante las próximas semanas.
En el otro extremo del tablero político, la Unión Cívica Radical también utilizó el conflicto de los tarifazos para cuestionar al ministro Aranguren en un tiro que por elevación fue dirigido a Mauricio Macri. Es que el titular del partido y también gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, tiene en claro que el radicalismo tiene que levantar su perfil para no quedar desperfilado dentro de Cambiemos. Haciendo públicas las diferencias por la desmedida suba gas, fue finalmente Mario Negri quien comunicó en la explanada de la Casa Rosada los cambios en la metodología de pago. Un primer avance para un partido que proyecta el 2019 como trampolín para rediscutir los espacio de poder dentro de la coalición de gobierno.
En el radicalismo sacan cuentas y apuestan a sumar a las tres provincias que ya gobiernan (Corrientes, Jujuy y Mendoza) por los menos Santa Cruz y La Rioja, e incluso están dispuestos a pelearle al PRO las candidaturas de Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Todo esto con miras a ubicar a Cornejo como parte del binomio presidencial del 2019. Claro está, para Durán Barba y Marcos Peña, la UCR no deja de ser un partido menor dentro una alianza hegemonizada por el PRO, e incluso dejan traslucir, que de ser necesario recurrirán a Elisa Carrió para re encausar a los correligionarios.
Con el telón de fondo de las tarifas, el sistema político dio inicio a la campaña electoral del 2019. Prematuro claro está, pero en última instancia los tiempos los marcó la propia Casa Rosada.