Tras una reunión de varias horas en la histórica sede de Azopardo al 800, el triunvirato de la CGT rechazó este jueves los cambios propuestos por la Casa Rosada a la Ley de Contrato de Trabajo, a la que calificó como «innegociable».
Además, la cúpula de la central obrera denunció que «las modificaciones a la fórmula de movilidad jubilatoria por inflación futura generarían un ahorro que el Gobierno procura utilizar para compensar el Fondo del Conurbano».
«Estamos conversando esta iniciativa, vamos a ver hasta dónde llegamos. Esto irá al Parlamento y seguiremos hablando allí. El oficialismo hoy no tiene los votos para aprobarlo», advirtió el miembro del triunvirato Héctor Daer tras la reunión del Consejo Directivo.
A su turno, su colega Juan Carlos Schmid planteó: «Si el Gobierno quiere consensuar tiene que hacer importantes modificaciones y desechar otras cosas (del proyecto de reforma laboral)».
La CGT está de acuerdo con los puntos del blanqueo laboral y la extensión de licencias por paternidad, pero rechaza lo que considera «el corazón del proyecto», es decir todo lo referido a la Ley de Contrato de Trabajo.
Se trata de un anuncio «cantado». En la previa, el secretario de Interior de la central, Francisco «Barba» Gutiérrez, había señalado que el oficialismo tenía «un cheque en blanco para hacer lo que quiere», con las leyes que regulan el trabajo en el país, al rechazar el proyecto oficial de reforma laboral que promueve modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).
«Más allá de las elecciones, que reconocemos porque somos democráticos, tampoco un gobierno que gana con un 42 por ciento una elección intermedia tiene un cheque en blanco para hacer lo que quiere», planteó el dirigente metalúrgico.
En este sentido, Gutiérrez agregó que «menos cuando se trata de derechos tan profundos que resguardan y generan el equilibrio entre el empresario y el trabajador».
«El Gobierno podrá enviar un proyecto al Congreso, pero no contará con el respaldo de la CGT», afirmó, al señalar que en un principio el oficialismo había planteado cambios a las leyes laborales distintas a las conocidas luego en el proyecto oficial.
Tras recordar que durante la presidencia de Fernando de la Rúa «hubo un intento a través de la corrupción y el soborno con la Ley Banelco para cambiar las leyes laborales», el secretario general de la UOM-Quilmes afirmó este jueves que «ahora está este nuevo intento basado en que hay que mejorar la productividad».
«Pero nosotros creemos que la competitividad y la productividad tienen que ver con el modelo económico, con cómo se resuelve quiénes y cómo se aporta y contribuye, cuáles son las tasas de interés y los impuestos», detalló.
Otros dirigentes sindicales afirmaron que «no habrá reforma laboral que apruebe el Parlamento tal como el proyecto original del Gobierno nacional lo plantea.
El propio secretario Gremial de la central obrera, el camionero Pablo Moyano, señaló el martes desde Roma –donde fue recibido por el Papa Francisco– que antes de firmar «la reforma laboral original del Gobierno, los dirigentes de la CGT se cortarán las manos», y se comprometió ante el Sumo Pontífice a «luchar denodadamente contra esa iniciativa».
«Solo se debatirá la reforma laboral. Es lo único que existe. La CGT no tiene sobre el escritorio, hasta ahora, ninguna iniciativa previsional», señaló un vocero gremial.