Luego de anunciarse el paro docente del 6 y 7 de marzo, la dirigente radical Josefina Mendoza, titular de la Federación Universitaria Argentina (FUA), escribió una carta abierta con críticas a la medida anunciada por los docentes tras rechazar la irrosoria propuesta de incremento salarial.
A continuación, la carta completa
Mi nombre es Josefina Mendoza, nací en Daireaux, provincia de Buenos Aires, y actualmente soy Presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Vengo de una familia trabajadora como tantas otras: mi mamá es docente, mi papá es empleado rural. Somos cinco hermanos y, con el esfuerzo y dedicación de nuestros padres, todos podemos formarnos y estudiar.
Los tres mayores estudiamos en la Universidad Pública y los dos más pequeños aún van a la escuela. Es por ellos que escribo esta carta, por ellos y por los más de cuatro millones de niños y niñas que posiblemente no puedan comenzar sus clases el próximo 6 de marzo.
Ambos sabemos que los gobiernos han pasado y la educación pública no ha sido una prioridad, incluso pocas veces ocupa un lugar predominante en los discursos de campaña. Que nuestros/as docentes siguen cobrando sueldos indignos; que las escuelas se caen a pedazos; pero también sabemos que durante todos estos años hemos abandonado el debate, por ejemplo, de los contenidos pedagógicos de la currícula.
Ahora bien, frente a una discusión salarial que todavía no termina ¿le parece prudente o adecuado decidir una huelga (entendiéndola como una medida de fuerza extrema) 10 días antes del comienzo de clases? ¿No hay nada que hacer ya? Debo decirle que esta situación me huele más a oportunismo típico de año electoral, que a una auténtica lucha gremial. Por otro lado, ¿hemos logrado mejores sueldos o mejores escuelas con la misma medida una y otra vez? En definitiva solo hablamos de Educación en tiempos de paritarias y aquí de actualización inflacionaria, no se sueldos dignos que jerarquicen la función social de el/la docente.
Así es que toda acción de fuerza que permita garantizar los derechos de los/as trabajadores/as la considero LEGÍTIMA, pero me pregunto si es la única herramienta que nos queda ya que los niños y niñas del sistema educativo bonaerense son los perjudicados.