La fuerte advertencia de Lanata a la economía argentina

En la semana en que finalmente el gobierno frenó la crisis al estabilizar el tipo de cambio y superar con éxito el supermartes, las miradas se dirigen ahora hacia el acuerdo con el FMI y al impacto social del ajuste económico.

En su editorial para Clarín, Lanata aseguró «Formo parte de un país que mantiene en el exterior cientos de miles de millones de dólares de ‘ahorro’. Es extraño que nunca nos hayan dicho que no van a prestarnos hasta que, al menos, traigamos algo de nuestro dinero. Les pedimos que confíen en nosotros, que no confiamos en nosotros mismos».

Además, analizó que «Macri asumió la presidencia en un país que estaba a punto de estallar, pero no estalló, y el presidente evitó contarle al público el estado de quiebra en el que vivíamos. Fue un error del que dimos cuenta entonces, en estas mismas páginas. En los primeros días de gobierno quedó en claro que el gradualismo no era una opción, sino el único camino posible. Vivíamos aun en la escenografía del kirchnerismo, donde era posible que el Estado se hiciera cargo de las tarifas, incorporara personal a destajo y subsidiara todo tipo de negocios y negociados.

De a poco se comenzó a entender lo obvio: no es normal que el Estado –la sociedad, a través de sus impuestos- nos pague el medidor de luz o el mechero del calefón. El Gobierno lo practicó a medias: intentó ajustar sin ajustarse del todo y se repartió la cuenta con injusticias. Finalmente el festival del crédito y el capital golondrina comenzaron a temer que los cambios fueran sólo superficiales. Y se furon. Sería muy pequeño entender que es el gobierno el que terminó en el Fondo Monetario Internacional. Argentina está en el fondo desde 1822, cuando Rivadavia firmó el empréstito Baring Brothers, se gastó el dinero sin hacer ninguna obra y terminó de pagarlo en 1903. Enfrentar este acuerdo como un problema de Cambiemos no es solo idiota, también es suicida».

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