La Iglesia advierte al gobierno

Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, escribió una columna en el diario La Nación, en la que se muestra preocupado por el avasallamiento a los movimientos sociales en los últimos tiempos.

«En las últimas semanas se criticó peyorativamente en algunos medios y en las redes sociales a diversas organizaciones y a sus líderes, con el serio riesgo de generar un clima hostil e intolerante. Debemos cuidarnos de no caer en lo que Francisco llama «sutil xenofobia», bajo el noble ropaje de lucha contra la corrupción o el clientelismo», afirma.

El obispo habla de las organizaciones como «salvavidas que juntaron los despojos y ayudaron a que el desastre no resultara mayor. Así surgieron cooperativas, ferias para la venta de productos de huertas, grupos de artesanos, sistemas de intercambio de bienes. Diversos caminos que buscaban la supervivencia, a la vez que reclamaban reconocimiento y participación social».

«Que tengan que mejorar no implica que hagan todo mal y menos aún que deban desaparecer. Pareciera que una ética de baja intensidad se aplica a algunas instituciones «comprendiendo» la fragilidad humana, la corrupción y la inoperancia; y se tiene cero tolerancia para evaluar a otras.Han perjudicado más al país personajes ineptos e inmorales con importantes títulos académicos que los dirigentes humildes», prosigue Lozano.   «En las últimas semanas se criticó peyorativamente en algunos medios y en las redes sociales a diversas organizaciones y a sus líderes, con el serio riesgo de generar un clima hostil e intolerante. Mediante insultos, basados en noticias sin chequear, se usan como «chivos expiatorios» a algunos líderes sociales, sin mencionar a quienes se enriquecieron a costa del Estado incrementando escandalosamente sus patrimonios personales o empresariales. Debemos cuidarnos de no caer en lo que Francisco llama «sutil xenofobia», bajo el noble ropaje de lucha contra la corrupción o el clientelismo», afirma.

Asimismo, citó las palabras del Papa Francisco: «En este camino, los movimientos populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de trabajo, constructores de viviendas, productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial».

«Las asociaciones intermedias, las organizaciones populares, son verdaderas redes que fortalecen el tejido social, que cuidan a los más frágiles ante el avance de la globalización de la indiferencia y la intemperie del abandono, «poetas sociales» que aportan al bien común, la justicia y la paz. Si los demonizamos y no sabemos (o queremos) acoger sus voces y aportes, seremos cada día más pobres como sociedad», cierra el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina.

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