Según fuentes de la Secretaría Administrativa de la UNLaM, la casa de estudio abonaba en promedio, 100 mil pesos mensuales por el suministro eléctrico, pero en febrero tuvo que pagar 711 mil pesos.
Sebastián Garber, prosecretario administrativo de la institución, explicó que «el presupuesto universitario se aprobó el año pasado, antes de todos los aumentos, y no va a cambiar».
En el mismo sentido, agregó que «es lógico el crecimiento del consumo porque la Universidad sigue creciendo, con nuevas carreras y obras de infraestructura».
Con el aumento en la tarifa del servicio radioeléctrico, la UNLaM podría pagar 8 millones de pesos anuales mientras en 2015 abonó algo más de 1.200.000 millones a la empresa Edenor.
En las últimas horas, los trabajadores de la educación que se desempeñan en la universidad recibieron un correo electrónico de las autoridades con un alarmante pedido. El mail se titula «Ahorro de energía UNLaM pedido especial» y allí solicitan que «economicen recursos», por ejemplo «apagando las luces cuando se retiran del aula».
La UNLaM no es la única universidad que tiene problemas serios en el presupuesto. Según denunció la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) en la UBA también recortaron el presupuesto y aseguraron que el monto «no alcanza ni para pagar los aumentos de luz».