El distrito más populoso del oeste del conurbano vivió un suceso que es histórico: tras 24 años al frente del gobierno municipal, Raúl Alfredo Othacehé dejó de ser el intendente. En un hecho político significativo su sucesor, quien lo venció en las internas de agosto, asumió al frente del palacio municipal.
En un traspaso que no estuvo exento de las tensiones que caracterizaron el proceso electoral y la nula transición, Gustavo Adolfo Menéndez tomó posesión de su cargo. En un HCD colmado por la militancia, la jura fue precedida por la asunción de los nuevos ediles, en un marco de acusaciones varias entre el bloque de Grande Merlo y el del intendente saliente.
Antes del arribo de Menéndez, el HCD definió sus autoridades. Dicho cuerpo seguirá respondiendo a Othacehé: su presidente y vice petrtenecen al bloque del FpV-PJ producto de la funcionalidad de los bloques de la UCR y el massismo. Sin embargo, desde el bloque FpV-Grande Merlo-Nuevo Encuentro no descartan que los concejales del otro bloque puedan dar el salto.
Acompañado por otros jefes comunales, tales como Walter Festa de Moreno y Patricio Mussi de Berazategui; el diputado nacional Adrián Grana; el diputado provincial Lauro Grande; y Walter Quejeiro, amigo de Menéndez y ex candidato a la intendencia de Quilmes por UNA; el flamante intendente esgrimió un discurso en el que se dirigió al intenente saliente con dureza pero sin revanchismos.
«Declaro oficialmente libres a los merlenses. ¡nunca más persecusiones!, ¡nunca más terrorismo municipal!, ¡nunca más violencia institucional! Pero que nadie se llame a engaño, no seré el intendente de la venganza, gobernaré con memoria, verdad y justicia» dejó en claro.
«Hoy desconocemos el estado de las cuentas y del patrimonio público, pero no nos temblará el pulso. Por eso hemos decidido crear una oficina anticorrupción que auditará desde mañana cada una de las dependencias. Convocaremos a la iniciativa privada, para que se radiquen industrias, y los merlenses tengan trabajo decente a pocas cuadras de su hogar» agregó.