Después de más de un año de estadía en Cuba por problemas médicos anoche regresó al país Florencia Kirchner. Llegó acompañada por su mamá, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un avión en el que también volvieron algunos argentinos. Antes de partir, y como corolario de su tratamiento en el país caribeño, publicó una carta en la que apuntó que estaba «dejando la campana de cristal». El tratamiento continuará en su casa en Buenos Aires.
La vicepresidenta volvió junto a su hija en medio de la cuarentena obligatoria que el gobierno nacional decretó por la pandemia de coronavirus que azota al mundo. Florencia siguió durante el último año un tratamiento médico en Cuba, adonde había ido a participar de un congreso de cine. Le diagnosticaron un trastorno de estrés postraumático y un linfedema ligero de miembros inferiores.