Foto: Federico Soto para LPO
Por Nicolás Hernández (para el programa radial El Antídoto, que transmite de lunes a viernes por FM Raices Rock de la ciudad de La Plata)
El domingo, el televisor de Juan Grabois le mostró la imagen de Jorge Lanata en San Martín de los Andes. El conductor de PPT presentó un informe que mostraba como 18 millones de pesos habrían sido destinados a obras nunca realizadas y que a cambio, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular se había quedado con un 25%. El lunes, el dirigente se cruzó en el aire de Radio Mitre con la estrella del Grupo Clarín.
“Llame a uno de los productores y le dije que quería salir a hablar de esto porque no estaba bien lo que decían” relata el dirigente, “me sorprendió porque me dieron el espacio de hablar”.
Durante treinta minutos, el referente de la CTEP y consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz contó rebatió una tras otra las acusaciones infundadas de Lanata y sus panelistas. Relajado, Grabois cuenta: “explicamos la situación de cada una de las obras que estaban perfectamente rendidas, salvo dos que tuvieron problemas de avances por causas no imputables a la CTEP. Cuando le pregunte cual había sido su fuente, me dijeron Vialidad y Vialidad no tiene que ver…”.
“Les habían vendido pescado podrido”.
¿Qué te motivó a contestarle a Jorge Lanata?
Desde las organizaciones populares tenemos el derecho y el deber de hacer respetar nuestro buen nombre y nuestras convicciones. No podemos permitir que se ensucie el laburo que hacemos; porque nosotros creemos que la organización es el único camino que tienen las personas que sufren injusticia para transformar la realidad. Si dejamos que todo eso esté bajo un manto de sospecha de corrupción nadie va a querer militar y nadie va a querer ponerle huevo a construir con el vecino algo distinto.
¿Quedaste conforme con tu exposición?
Le agradezco a Lanata el espacio, pero no tiene la misma cantidad de público que el programa de televisión y seguramente mucha gente se quedo con la idea que estas organizaciones son “turbias” y que se roban plata. ¿Cómo justifica un compañero joven que milita porque quiere transformar la realidad que está con estos tipos que se afanan 8 millones por obras que no se hacen? ¿Qué le va a decir su mamá o a su papá?
¿Hubo mala leche?
Más allá de este caso particular, nosotros también tenemos que ser consientes que nos van a perseguir y a difamar. Por eso la militancia popular tiene que reivindicar la austeridad como un valor revolucionario: Nosotros no nos podemos ir a Punta del Este, no podemos tener una 4×4 último modelo. Sencillamente no lo podemos hacer.
No podemos permitir que se ensucie el laburo que hacemos. Tenemos que ser consientes que nos van a perseguir y a difamar. Por eso la militancia popular tiene que reivindicar la austeridad como un valor revolucionario
¿Existe una persecución a las organizaciones populares?
Lo que hay es un doble problema: por un lado, el Estado burocrático tiene una lógica perteneciente a los sectores medios ilustrados y la pequeña burguesía universitaria que dominan los resortes del aparato del estado y son incapaces de comprender y adaptar los procedimientos a la cultura de los sectores populares. Por otro lado, a las organizaciones nos cuesta atraer técnicos capacitados a nuestros proyectos y también tenemos dificultades a la hora de capacitar a nuestros compañeros en el ejercicio de algunas funciones técnicas. Creo que hay que empujar de los dos lados, exigirle al estado que se adapte a nuestra realidad y nosotros también tratar de evolucionar en el sentido correcto.
¿Hay corrupción en las organizaciones sociales?
En este caso, la información era falsa, pero es probable que dentro de las miles de obras que hacen organizaciones vinculadas a la CTEP debe haber alguna que haya terminado mal, no tengo la menor duda. Pero comprendemos las necesidades de quienes ganan menos y la pasan muy mal.
De todas maneras, en las cooperativas de cartoneros siempre impulsé la lógica de que no se pueda echar a nadie, salvo casos extremos. Porque si nosotros excluimos a ese compañero, le estamos poniendo un fierro en la mano para que vaya a arruinarle la vida a otro o arruinarse la vida él.
¿Cómo definirías el marco de negociación con el gobierno?
Desde lo estrictamente gremial, la CTEP se plantea la defensa de los intereses inmediatos de nuestros compañeros de las ramas de la economía popular: empresas recuperadas, cartoneros, campesinos, hortícolas, vendedores ambulantes o pertenecientes al programa Argentina Trabaja; lo que requiere la disposición de sentarse a dialogar y negociar con los funcionarios. La orientación de la CTEP es la de no tener ningún prurito de que nos saquen una foto dialogando con cualquier ministro porque es nuestro deber en la defensa de los derechos de nuestros compañeros.
Yo no creo en la lucha por Twitter ni en la verborragia revolucionaria cuando no tenés ninguna capacidad para ejecutar lo que estás diciendo. Sí creo en ser leal a nuestros propios compañeros y hacerlo en el plano de una democracia liberal cuando se aceptan esas reglas. Tiene que ver con la negociación y con el dialogo y no podemos prescindir de esa herramienta, siempre acompañada por la organización popular
De hecho hemos avanzado en algunas negociaciones en distintas provincias y con el Estado nacional, pero no son medidas que compensen el deterioro general del sector de la economía popular producto de las políticas macroeconómicas, de corte neoliberal, que se han adoptado.
¿Entonces?
El ajuste lleva al desempleo porque la gente deja de trabajar en las pymes. Entonces se ven obligados a inventarse su propio trabajo, a changuear. Esto, significa en primer lugar la pérdida de un cliente para los trabajadores de la economía popular. Ese asalariado que ya no se compra un televisor que venía en la caja que luego la juntaría el cartonero. Pero en segundo lugar, ese asalariado pasa a changuear y se convierte en una competencia para el cartonero. Entonces, le pega por dos lados, la economía popular se amplía numéricamente por exclusión, porque no queda otra.
Esto no es agradable, por ejemplo: no es lindo recuperar una fábrica. Pasa porque un empresario agarró la palta, se fue a la mierda y dejó a todo el mundo en bolas; entonces tuviste que inventar algo para seguir laburando.
Se amplia y se empobrece. Y eso siempre va más rápido que las políticas compensatorias.
¿Luchar en las calles o negociar en los despachos?
Hay un aspecto fundamental que es lo que Perón llamaba la economía de fuerza; no se puede estar movilizando todas las semanas, es imposible de sostener, eso es solamente para una vanguardia sectaria que no tiene otra cosa que hacer en la vida. Lo cierto es que la gran mayoría de nuestros compañeros tienen que laburar día a día para ganarse el mango, por lo tanto hay que elegir las batallas que se pueden dar.
Eso no quiere decir que la lucha sindical nos tiene que sacar la perspectiva más amplia de una resistencia contra el avance de políticas económicas neoliberales. Pero para esto es necesario contar con un abanico amplio junto con los sindicatos de trabajadores asalariados y junto a otros movimientos sociales que no específicamente agrupan los sectores más humilde: el movimiento estudiantil y la militancia política que busca la transformación social.
En la CTEP hemos conseguido, tanto en lo social y lo gremial, ponernos de acuerdo con un amplio espectro ideológico; desde la izquierda independiente o los sectores que no tiene una pertenencia partidaria a sectores de lo que se denomina el kirchnerismo y sectores del peronismo. Hemos logrado construir una herramienta fuerte para la defensa de los trabajadores de la economía popular. Pero eso no puede traducirse mágicamente a una herramienta política, donde juegan otras lógicas. En todo caso habrá que cuestionar a los dirigentes políticos que en general hacen muy poco por defender las conquistas del pueblo argentino.