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El pasado martes los legisladores porteños del PRO homenajearon en la Federación Argentina de Colegios de Abogados al juez «vitalicio» de la CSJN, Carlos Fayt. El vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, le hizo entrega de la distinción como Personalidad Destacada en el ámbito de las Ciencias Jurídicas al magistrado que desde el año 1983 integra el máximo tribunal del país. Tal evento tuvo lugar en medio de la controversia entre oficialismo y oposición sobre la designación del miembro que vendrá a ocupar el lugar que dejó vacante el doctor Eugenio Zaffaroni tras su renuncia. Mientras desde el PRO homenajean a un integrante cuestionado desde distintos sectores de la sociedad por su perpetuación en el cargo, al mismo tiempo rechazan cualquier tipo de acuerdo con el oficialismo en el nombramiento del juez que ocupará la silla vacía que dejará la salida de Zaffaroni. Recordemos las palabras textuales de Mauricio Macri respecto a esta cuestión “sería un error enorme, éste es un Gobierno que está de salida. No corresponde nombrar a un juez de la Corte un Gobierno que está por terminar; algo tan emblemático, tan importante lo tiene que hacer un gobierno que comienza”. Habría que solicitarle al ingeniero la lectura de la Constitución que en su artículo 90 establece que el mandato del presidente y vicepresidente de la Nación tendrá cuatro años de duración. Durante ese período el presidente puede ejercer las funciones que la Constitución Nacional le consagra, entre ellas encontramos el nombramiento de los magistrados de la CSJN. En definitiva, el PRO promueve homenajes que encuentran rentabilidad publicitaria de cara a las elecciones 2015 y traba, nada más y nada menos, el proceso de designación de un integrante de la Corte Suprema. Luego, se rasgan las vestiduras hablando sobre «seguridad jurídica».
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