Por Alejandro Aguero:
El primer test electoral del año arrojó una lectura con clave nacional. Forzada por los medios pero sobretodo por la exposición de Cristina en el cierre de campaña, el segundo lugar Ramón Rioseco dejó un dato preocupante para el Instituto Patria, los votos del kirchnerismo y del Frente Neuquino no se sumaron.
Es que en el tramo final de la campaña en el bunker del kirchnerismo se agitó la idea de una elección cerrada donde el dirigente de Cutral Có pelearía voto a voto frente al histórico reinado del Movimiento Popular Neuquino.
Nada de eso sucedió y Omar Gutierrez ganó cómodamente una elección donde la Casa Rosada tiene poco para festejar toda vez que el radical ´Pechi´ Quiroga quedó relegado a un tercer lugar que pone sobre la mesa el amplio rechazo que genera la figura de Mauricio Macri , y que se irá volviendo todo un dolor de cabeza durante el largo cronograma electoral en las provincias.
No obstante, el dato que debe contemplarse para la oposición pasa por la imposibilidad de sumar los votos entre el kirchnerismo y el Frente Neuquino. Es que en la legislativa del 2017, Ramón Rioseco y su candidato a vice Darío Martínez fueron separados a las urnas, y mientras que el primero obtuvo el 18.09% (68.000 votos), el segundo en representación de Unidad Ciudadana alcanzó el 19,31% (73000 sufragios).
De ese universo del 37% o de 141000 votos, el desempeño de Unidad Ciudadana – Frente Neuquino estuvo lejos de la expectativa y llegó solo al 26% que fueron poco más de 96000 votos. Sumas que restan y que deja un interrogante para la construcción de un gran frente opositor con la figura de Cristina Fernández como actor excluyente.
Por su parte, la dirigencia de Alternativa Federal salió rápido a celebrar el resultado de Neuquén levantando la idea de que el triunfo del MPN abriría la puerta a la construcción de una tercera opción por fuera de la grieta. Lectura forzada que omite la historia política de una provincia que desde la década del ´60 se encuentra gobernada por el partido que fundó la familia Sapag.
Hasta la presentación de listas de cara a la elección nacional el próximo 22 de junio, los comicios provinciales se constituirán en un campo de batalla para construir climas de opinión en la política nacional. Serán fotos que con lecturas intencionadas buscarán conclusiones prematuras, pero el round de Neuquén dejó expectativas para Sergio Massa y Roberto Lavagna, y de alguna manera, insufló de optimismo al gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck que el 7 de abril buscará –si la Corte Suprema se lo permite– un nuevo mandato.