Gabriel Ruiz, segundo concejal del frente Cambiemos en Lanús y secretario general del gremio de panaderos, cenó anoche con el candidato a intendente del FpV, Julián Álvarez, en un reservado encuentro propiciado por Daniel Píccolo, concejal de la misma fuerza de Álvarez, que se perfila como posible presidente del Concejo Deliberante en el próximo período.
Crece la expectativa por el acto que realizará el gremio de los Panaderos esta noche, en el que Ruiz podría brindar abiertamente su apoyo a la candidatura de Álvarez. De producirse, significaría la partida del único sector fuerte del peronismo que hasta ahora integraba las filas del PRO. Álvarez encabeza las encuestas con más de 8 puntos por encima de Grindetti, un punto más de la diferencia obtenida en las primarias.
Esta ruptura refleja las dificultades de Néstor Grindetti por contener al peronismo en Lanús, y deja entrever la fragilidad del espacio de Mauricio Macri en la Tercera Sección del conurbano, clave para la definición de la elección a gobernador de la provincia.
La partida de Ruiz se da luego de que Marcelo Martín, el único adversario de Grindetti dentro del frente Cambiemos en las PASO, también se integrara a las filas de Álvarez, luego de manifestar profundas diferencias con el candidato del PRO.
El espacio encabezado por el ministro de Hacienda porteño no pudo mantener adentro al único referente con peso propio de la lista de Cambiemos, a pesar de que las boletas que ya reparten en la calle lo llevan nada menos que como segundo candidato a concejal.
El síntoma vaticina no sólo una llegada turbulenta del PRO a las elecciones, sino también la imposibilidad de lograr consensos mínimos en el caso hipotético de que Grindetti tuviera que gobernar.
Un dato no menor es que el actual responsable de la caja del gobierno porteño ya busca insertarse en un posible gabinete del PRO en la próxima gestión de la ciudad de Buenos Aires, dando por perdida la contienda electoral en Lanús. Al igual que en 2013, Grindetti piensa en otra función que a la que se postula: en aquel entonces se negó a asumir su cargo de concejal para continuar como ministro de Hacienda porteño.