El radicalismo logró hacerse con la Secretaría de Políticas Universitarias luego de que el ejecutivo definiera que el titular de esa cartera sería Albor Cantard, ex rector de la Universidad Nacional del Litoral e histórico militante del partido centenario.
Tanto la Secretaría, como las direcciones que de esta dependen quedaron en manos de la UCR, partido que tiene una reconocida tradición en la política universitaria. Sin embargo, el PRO no dio tanto vuelo a los radicales y puso en una dirección clave a alguien de su riñón. Se trata de Anabela Celaya, una joven abogada que está a cargo de la Dirección Nacional de Presupuesto Universitario.
Celaya, lejos de responder a Cantard, determina las erogaciones presupuestarias de la cartera universitaria, de acuerdo a la voluntad del PRO, dejando por fuera de la decisión al radicalismo. Según cuentan los pasillos del Ministerio de Educación y Deporte de la Nación, la furia radical aumenta ya que la joven abogada tiene rehenes a los radicales de su voluntad de acción sobre el presupuesto.
«Sólo les dan plata para ceremoniales» cuentan dentro del Ministerio. La partida de ceremonial se utiliza para la organización de actos y eventos protocolares, pero no es una partida que permita el diseño de nuevos programas o líneas de acción.
Desde el radicalismo esperan que esta situación se revierta en lo inmediato y que sólo se deba a una situación transitoria producto de los primeros cien días de gestión. Sin embargo, lo cierto es que la joven e inexperta Celaya no está cayendo en gracia para los aliados de la alianza Cambiemos.
