El Gobierno quiere que la inversión sea el impulsor de la actividad económica, pero debido a la política macroeconómica de bajo incentivo al consumo, los proyectos se van concretando, pero más lento de lo deseado. Es el Estado el que está arrancando con los proyectos de obra pública y el sector agropecuario, en tanto se espera un fuerte impulso desde el sector energético.
Según relevó la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, desde el 11 de diciembre de 2015 se anunciaron públicamente 455 proyectos por u$s 60.920 millones.
De ese total, pudo corroborar que se concretaron unos 34 proyectos, por u$s 3046 millones. Un 5% del total.
Según explicaron fuentes de la agencia que brinda ayuda a las empresas durante todo el ciclo de la inversión, puede haber inversiones grandes, como las mineras o energéticas, que están en las primeras etapas del proyecto, como un estudio de factibilidad. En cambio, existen inversiones pequeñas que ya se han terminado de realizar.
Hasta abril pasado, lo ejecutado muestra que la inversión se mantiene en un 21,2% del PBI, según un informe de la consultora Orlando Ferreres (OJF) levemente por encima del 20,6% que promedió el año pasado.
«Como la inversión privada no alcanza y la extranjera no llega, el gobierno inició un notorio incremento en las obras públicas por todo el país que permita sostener la actividad, dejando de lado los objetivos fiscales inicialmente planteados», explicó el economista Ramiro Castiñeira.