Por Norberto Bonafina @Bonafina6
Finalmente ocurrió lo más temido, el gobierno decidió “reperfilar” los vencimientos de la deuda contraída, situación que de seguro será catalogada por las calificadoras de riesgo como un default selectivo.
Con la excusa de alivianar la carga financiera que implican los vencimientos (altísimos, tanto como 101.000 millones de U$d) y lograr la tan ansiada calma cambiaría, el gobierno nacional decidió aplazar unilateralmente los pagos de letras, bonos y buscar renegociar el crédito Stand By con la posibilidad de lograr un acuerdo más flexible y con mayor extensión en los plazos de pagos.
No está de más aclarar, que el pasaje de una línea de crédito a la otra tiene la ventaja del tiempo disponible para los vencimientos, pero trae acarreado las mayores exigencias que podrá imponer el FMI.
Ayer por la tarde el flamante ministro de hacienda, Hernan Lacunza, dio los lineamientos del “reperfilamiento” en lo que fue un anunció del comienzo de la reestructuración de la deuda soberana del país.
En una conferencia de prensa con un alto contenido político electoral el ministro delineo el plan:
- Una de las medidas consiste en que las Lecap, Letes, Lecer y Lelinks (aproximadamente unos 13 mil millones de dólares) en poder de los inversores institucionales – personas jurídicas – serán refinanciadas y liquidadas en los próximos seis meses.
- Para aliviar los vencimientos 2020-2023 el gobierno enviará al Congreso un proyecto de ley que provea las herramientas necesarias para promover “un reperfilamiento voluntario de vencimientos de capital bajo jurisdicción local, sin quita de capital ni intereses y con la sola extensión de plazos”
- Otra de las medidas proyectadas según Lacunza: “inicio del proceso de reperfilamiento de los bonos bajo legislación extranjera, bajo las cláusulas de acción colectiva, con el mismo fin de extender los plazos de vencimiento, sin quitas de capital ni intereses, a fin de completar un perfil financiero menos exigente para el período 2020-23, que genere alivio financiero para la concreción de políticas económicas y sociales que inserten al país en un sendero de crecimiento sostenido”. En esta medida será trascendental la negociación con los bancos.
- Por último, y relacionado al crédito Stand By contraído con el FMI, aseguro: “además de haber cumplido estrictamente con todas las metas fiscales y monetarias del acuerdo con el FMI para dar continuidad al acuerdo vigente, hemos propuesto a ese organismo internacional iniciar el diálogo, que inexorablemente deberá concluir en el próximo mandato, para reperfilar los vencimientos de deuda con ese organismo internacional”.
Estas medidas parecen haber sido premeditadas durante el último encuentro con el FMI, quien dice no interferir en la toma de decisiones en la teoría, pero que en la práctica es alevosa su participación activa en la toma de decisiones del gobierno de Macri.
Estas maniobras de restructuración se dan en el marco de desesperación del gobierno para que llegue el desembolso de U$d 5.400 pautado con el FMI, el cual evidentemente puso grandes condiciones para que esto suceda.
Parecería ser que la búsqueda de la estabilidad monetaria (por lo menos hasta octubre), es la principal preocupación de un gobierno que viene de erro en erro no solo en materia económica, sino también, en cuestiones políticas y sociales; ayer hubo una multitudinaria marcha de los más diversos sectores exigiendo la emergencia alimenticia.
¿Podrán las medidas anunciadas despejar el tan temido fantasma del Dafault? ¿se llegara a él tan mentado equilibrio cambiario? Estas cuestiones empezaran a debelarse en muy pocas horas, cuando los mercados empiecen a hablar.