El odio, el enojo y el cambio

Muchos compatriotas están enojados, algunos porque sienten que no están tan bien como quisieran, otros porque mejoraron pero olvidaron lo mal que estaban hace unos años y otros porque no quieren que el estado esté cerca de los que todavía están mal. El sálvese quien pueda aun vive en nosotros. Los medios lo alimentan 24 horas por día.
LA MANO MORDIDA
Lo hacen porque procuran que te desentiendas de quienes necesitan la protección del Estado y así  avanzar sobre sus derechos con tu indiferencia o aprobación. Para después… poder venir tranquilamente por los tuyos. La voracidad de los grupos concentrados NUNCA se detuvo en los más pobres, siempre termina mordiendo la mano de quien la alimento.
¿O te olvidas del corralito y la confiscación de tus ahorros, de familiares y amigos yéndose a vivir al exterior, de los ingenieros que manejaban taxis, de los que cerraron fábricas y negocios perdiendo lo construido durante toda una vida?. Ese es el destino que nos aguarda si cedemos a la tentación de pensar que podemos salvarnos solos. No es posible. Esas vanas promesas ya las vivimos y sufrimos en el pasado reciente.
UN PAÍS DE DESIGUALES. LOS PROFETAS DEL ODIO.
Much@s no quieren un país de iguales. Quieren un país donde puedan refregarte en la cara la desigualdad, la diferencia, el sentirse superiores.
Son aquell@s que piensan que vos que vivís en alguna barriada del conurbano o en algún pueblo del NEA o el NOA o tenes la piel mas oscura, o no elegís su orientación sexual o venís de algún país vecino o te pareces a alguna de las tres chicas de la foto; NO SOS IGUAL a ellos, los verdaderos ciudadanos.
Tienen, como dice el artísta plástico Daniel Santoro «la negación neurótica del goce» y están convencidos que cualquier recurso que el estado invierta en vos, es gastar la plata de sus impuestos en quien no se lo merece. Y para eso necesitan que el gobierno y el Estado esté en manos de quienes también piensan así. Porque el Estado, cuando hay un gobierno popular, iguala derechos y oportunidades, como pasó estos últimos 12 años a pesar de todas las dificultades y errores.
Esa gente se siente representada por Mauricio Macri. Y está bien que así sea.
LOS QUE ODIAN NO SON EL PROBLEMA
Pero esa minoría no alcanza para ganar una elección. Ellos no son el problema. A pesar de su odio y su poder, o precisamente por eso, son una minoría. Lo dramático de este momento político es que una parte de nuestros compatriotas, que no creen ni apoyan la desigualdad; por enojo, por temor y/o por errores nuestros, están acompañando una propuesta que les ofrece un aparente cauce deseable para canalizar ese estado de ánimo. Esa propuesta hace posible que el temor que sienten se sume al odio de las minorías en un deseo de cambio. Un cambio que no puede ser explicado (porque perdería su efectividad), sin forma definida, sostenido en generalidades vacías y en una buena onda construida con estricto rigor publicitario.
Instalada esa corriente social de cambio, como pasó con la promesa del viaje al Primer Mundo del menemismo, no es fácil explicar su contenido reaccionario y contrario a los intereses de quienes lo apoyaron por enojo o temor. Difícil pero no imposible. Tenemos que poner toda nuestra energía en persuadir, porque de seguir el camino del Cambio hacia el pasado, cuando las consecuencias empiecen a hacerse visibles, los daños serán irreparables para las personas y para el país.
EL CONFLICTO Y LAS HUELLAS DEL CANSANCIO.
Construir más igualdad y soberanía en un país desigual y subordinado fue posible solamente con la voluntad de dar batallas políticas muy profundas para transformar la realidad. Esas batallas agudizaron tensiones y conflictos que terminaron concentrándose sobre la figura presidencial, vértice y máxima enunciación del campo del pueblo desde el 2003.
Estos 12 años han dejado sus huellas. En muchos sentidos. Una parte de nuestra población, azuzada por los medios de des-información, se siente alejada de los combates políticos, pero no de sus resultados. Y muestra cansancio por el conflicto al que no asocia con las mejoras en sus condiciones de vida. Eso permite que lo aun no alcanzado sea responsabilidad de «la política» y los logros pasen a computarse en el esfuerzo personal.
Ante un escenario de crisis internacional que ha tenido impacto en nuestra economía, se han sumado el ENOJO por la confrontación política que aparece alejada y excesiva; y el MIEDO a que la distribución ampliada pueda restar recursos para garantizar lo propio. El PRO ha sabido capitalizar esa brecha.
PEDAGOGÍA DEL AMOR
Con todo y estos 12 años de batallar, después de la pérdida del conductor, de las tensiones que implica sostener el rumbo en medio de la crisis y de lidiar con la heterogeneidad del movimiento; la sociedad argentina a dicho con su voto que somos la alternativa política más votada. Daniel Scioli ha sido el candidato más acompañado por nuestro pueblo. Eso es un logro y un piso maravilloso para dar la pelea del balottage.
Respecto a nuestros errores, serán tema de debate a partir del 23 de noviembre. Hoy es nuestra obligación poner toda la energía en ganar la elección. Es mucho lo que está en juego.
Lo fundamental es acumular inteligencia emocional para aislar a los que odian y tender un puente con aquellos compatriotas enojados y con miedo. Argumentos nos sobran, pero para poder ponerlos en juego, primero es necesario escuchar y entender. De esa actitud saldrán los insumos para recordar juntos que no hay salvación individual y que el Estado distribuyendo la riqueza no solo favorece al que recibe políticas sociales sino que garantiza la demanda para que comerciantes, productores y trabajadores puedan seguir trabajando, produciendo y vendiendo en un contexto tan adverso como el actual.
Con humildad escuchemos, persuadamos y convoquemos a seguir cambiando, pero evitando volver al pasado. Los que odian vienen por su revancha restauradora. No vienen a cambiar lo que es mejorable sino por todo lo que nos ha hecho un mejor país que el que nos dejaron ellos mismos en el 2003. La sociedad que quiere nuestro pueblo no es la del odio que expresan esas terribles fotos. Construyamos juntos un futuro para esos pibes que van a venir.
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Daniel Ezcurra

Docente y militante del FpV // Twitter: @ezcurrad