Julio Pereyra, intendente de Florencio Varela, había perdido el control del Concejo Deliberante la semana pasada a manos del PRO. La presidencia del cuerpo legislativo recayó en Dardo Otonello. Para ello, contó con la ayuda del massismo y de los dos concejales de Nuevo Encuentro, Héctor Salatino y Mariano Camiletti.
«Es una posición política muy difícil de explicar y además sin ningún tipo de necesidad, porque el FR y el PRO sumaban 13 concejales y les alcanzaba» había afirmado Laura Ravagni, desplazada al frente del cuerpo. Desde el sabbatellismo excusaron su apoyo al PRO asegurando que sus dos concejales le ofrecieron al bloque de Pereyra un canal de diálogo para disponer de sus votos para conservar la presidencia. «Sin el respaldo político de su conducción les fue imposible hacer ningún acuerdo» dijo Héctor Salatino.
Tras esto, el que puso el grito en el cielo fue el jefe político de Salatino y Camiletti. «Tenemos diferencias con Pereyra, de hecho fuimos a internas contra él. Pero esas diferencias nunca pueden derivar en un beneficio para el macrismo» dijo el ex titular de la AFSCA, Martín Sabbatella. El reto del ex compañero de fórmula de Aníbal Fernández no terminó allí. «Discutamos en el marco del Frente para la Victoria; nunca votando afuera o apoyando a quienes enfrentan al proyecto nacional y popular».
Salatino obedeció a su jefe y se mostró arrepentido por haber acordado con el macrismo. «Nos equivocamos. Más allá de que nuestros votos no definían porque ellos ya habían construido una mayoría a favor de Ottonello, nosotros no tendríamos que haber votado esa propuesta. Sin dudas, fue un error».
