Por Alejandro Aguero @AleAguero1
Terquedad o realidad pero en el gobierno están convencidos de que hay reelección para Mauricio Macri si enfrente está Cristina Fernández en un eventual balotaje. No obstante, los rumores de un renunciamiento de la ex mandataria junto a los diálogos avanzados entre Sergio Massa y el Instituto Patria obligaron a la Casa Rosada a subir al escenario a Roberto Lavagna en una estrategia a todo o nada.
Para muchos levantar al ex ministro de economía fue un gesto de desesperación del oficialismo, sin embargo, lo que subyace es un frío cálculo elaborado por el consultor ecuatoriano.
A cinco meses de la Primarias, el tándem Peña-Durán Barba busca recrear el escenario 2015. Es decir una elección con tres actores que potencie en la segunda vuelta el rechazo de la clase media al kirchnerismo.
Este ensayo requiere no solo de un peronismo no k competitivo con un piso de 20 puntos, sino que exige también de un liderazgo que licue el capital electoral de Sergio Massa y que con su proyección obligue a Cristina Fernańdez a subirse a la pelea electoral.
Es en este orden de cosas es que el laboratorio de Cambiemos le dio protagonismo al economista. Con Lavagna en cancha trabajan sobre el objetivo de devaluar a Massa justo cuando los diálogos con el Patria se multiplican. En este sentido, el tigrense podría terminar dando un salto a una primaria kirchnerista dejando sus votos a un Peronismo Federal revitalizado.
La política debate sobre el eventual «renunciamiento» de Cristina, y en este sentido, es válido preguntarse si otro candidato de Unidad Ciudadana podría ocupar su electorado, o si por el contrario, su ausencia potenciaría a un Lavagna que se muestra reticente a cualquier tipo de entendimiento. El acercamiento de Sergio Uñac fue un llamado de atención que abre un signo de interrogación sobre el comportamiento futuro de los gobernadores una vez finalicen sus elecciones provinciales.
En resumidas cuentas, con la candidatura de Roberto Lavagna, Durán Barba busca devaluar a Sergio Massa para obligar a Cristina Fernández a subirse a la pelea electoral.
Una estrategia a todo o nada porque lo que está claro es que este diseño electoral no resiste una nueva corrida cambiaria. No sea cosa que el dólar se termine llevando puesta la reelección de Mauricio Macri, y entonces, Roberto Lavagna -el plan B de los grupos económicos- termine saltando a una segunda vuelta con el kirchnerismo. Las negras también juegan debería saber a esta altura el ex jefe de gobierno porteño.