La corporación económica le ganó de mano a Kicillof, y el proyecto de ley impositiva con el que la nueva gestión intenta reordenar los números de una provincia golpeada por la herencia de Macri y Vidal terminó bajo el paraguas del «impuestazo».
A destiempo el ministro de Hacienda Pablo Lópéz y el Jefe de Gabinete Carlos Bianco salieron a explicar en los medios el alcance de una ley impositiva que grava por debajo de la inflación estimada para el 2020 a la amplia mayoría de los bonaerenses.
«El 75% de aumento afectará a un puñado de propietarios, para la gran mayoría la suba es menor a la inflación», aseguró Carlos Bianco en Radio la Red.
Los argumentos del gobierno provincial son ciertos, pero llegaron tarde y corrieron por detrás de la línea argumental que los grandes medios de comunicación terminaron instalando y que le permitieron al vidalismo obtener consenso detrás de la negativa a prestar quórum en la cámara de senadores.
La falta de voceros políticos con capacidad de intervención en la agenda pública será un punto sobre el que deberá trabajar el gobernador. Un gabinete provincial con gran homogeneidad pero que carece a su vez de rodaje político con las excepciones de Julio Alak y de un Sergio Berni que inició su gestión más preocupado por esmerilar a su par nacional Sabina Frederic que por abordar el acuciante día a día de la provincia de Buenos Aires.
El hermetismo con el que Axel Kicillof acumuló poder político deberá dar paso a una mayor amplitud que ponga punto final a la política electoral para dar inicio a la política de gobierno. El manto de Cristina sirvió para consolidar la figura de Axel, pero no necesariamente será suficiente para estabilizar una gestión de gobierno que deberá dialogar con amplios sectores de la sociedad que exigen de una mayor moderación.
Trabada la sesión en la cámara de senadores el gobernador recibió a los intendentes del Frente de Todos. Foto protocolar y gesto político que seguramente los jefes municipales buscarán capitalizar en forma de fondos para sus territorios y en cargos para la gestión provincial que al momento no terminó de cerrarse.
Un primer traspié para Kicillof que debería ser procesado puertas adentro para replantear no solo la estrategia comunicacional, sino también, y por sobre todo, la forma de ejercer el poder político en tiempos de gestión.
Del otro lado, acierto de Vidal que logró una foto de homogeneidad que se contrapone a la fragmentación que vivió la bancada de Juntos por el Cambio en la cámara de diputados de la Nación durante el debate de la Ley de Solidaridad y Reactivación productiva.